Mi legado






Un legado es todo aquello que pasa de padres a hijos. Como mamá, quiero que mis hijos afronten su vida en las mejores condiciones posibles, trabajando para dejarles cosas materiales. Como mamá a la manera de Dios, es mi deber trabajar igual de duro (o más) para dejarles a mis hijos un legado espiritual.

Mi legado espiritual.

El impacto que mi vida tiene y va a tener no sólo sobre mis hijos, sino sobre las generaciones futuras después de ellos.

Hay cosas que nuestros hijos heredan de nosotras sobre las que no tenemos ningún tipo de control: la estatura, el color de ojos, el cabello liso o rizado, la piel blanca u oscura... pero hay otras sobre las que debemos ser totalmente intencionales.

Jueces 2:10

Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Y se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel.”

Debemos ser intencionales no sólo en enseñar a nuestros hijos lo que la Biblia dice, sino también en ser un modelo positivo de lo que significa tener una relación personal con Cristo y vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Debemos ser intencionales en mostrarles cómo servir al Señor, cómo servir a otros, vivir de acuerdo a principios y valores, amar la iglesia... Pasar a la siguiente generación un legado con valor eterno es mucho más importante que dejarles uno material.

Si no enseñamos a nuestros hijos a seguir a Cristo, el mundo les enseñará a no hacerlo”.

Aunque no te des cuenta, ya estás formando tu propio legado, estás teniendo un impacto en la vida de tus hijos a través de la forma en la que...
...oras
...alabas
...demuestras tu amor por Dios
...hablas
...respondes a las dificultades
...superas (o no)  tus malas actitudes y hábitos
...manejas la decepción
...tratas a tu familia
...gastas tu tiempo cada día...

¿Qué clase de impacto estás teniendo en la vida de tus hijos? ¿Qué tipo de legado estás construyendo? Hay tres cosas que no se pueden recuperar: las palabras, una vez que salen de tu boca, los momentos, una vez que pasan y el tiempo, una vez que se va ¿Qué palabras estás usando con tus hijos? ¿Qué sale de tu boca cuando te diriges a ellos? ¿Estás aprovechando cada momento para hacer un impacto positivo en la vida de tus hijos? ¿De qué forma utilizas tu tiempo cada día?

Los cristianos de hoy debemos pelear la batalla por las almas y el destino eterno de nuestros hijos” Kathy Howard


No puedes decidir por tus hijos. No te toca a ti decidir cuál va a ser su destino eterno. Pero sí es tu responsabilidad equiparlos de la mejor manera posible para que por sí mismos y con la ayuda del Espíritu Santo puedan desarrollar una relación personal con Cristo y tener una vida espiritual activa, comprometida y productiva.

Mi legado comienza de rodillas, batallando por las almas de mis hijos.

Quiero dejarte algunas cosas que podemos hacer para comenzar a construir nuestro legado espiritual:

- Involucra a tus hijos en cada aspecto de tur elación con Jesús: ora con ellos, lee con ellos, memoriza con ellos, sirve con ellos.

- Crea recuerdos y tradiciones espirituales, no atesores solamente fotos de cumpleaños y logros académicos

- Muéstrales su nombre escrito en tu Biblia junto a los versículos con los que oras por ellos.

- Decide cuáles son los valores y las virtudes bíblicas que deseas inculcar en tus hijos y comienza a ser intencional en vivirlos para poder transmitírselos a ellos (puedes comenzar con nuestro calendario de oración “31 virtudes bíblicas para orar por nuestros hijos”)

- Regala a cada uno de tus hijos una Biblia especial y diles por qué es especial.

- Comparte con tus hijos tus experiencias como creyente: cómo llegaste a Cristo, cuáles son tus dones y cómo los descubriste, tus versículos favoritos, tus sueños para Dios, en qué te sientes mejor trabajando en la obra...

Deuteronomio 6:6-9, 12, 20-21

Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes. Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos; y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.
Cuídate de no olvidarte de Jehová, que te sacó de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
Mañana cuando te preguntare tu hijo, diciendo: ¿Qué significan los testimonios y estatutos y decretos que Jehová nuestro Dios os mandó? entonces dirás a tu hijo: Nosotros éramos siervos de Faraón en Egipto, y Jehová nos sacó de Egipto con mano poderosa.”


Comienza a edificar tu legado eterno... hoy.


Desafío para esta semana: Escribe una carta a cada uno de tus hijos. Cuéntales detalles de su vida, cómo fue su nacimiento, anécdotas y recuerdos que estén grabados en tu memoria. Háblales también de cómo te sentiste tú, tus emociones. Cuéntales cuáles son tus anhelos como madre, tus sueños, tus objetivos, lo que esperas para su futuro. Compárteles tus oraciones por ellos, versículos que guían tu visión como madre. Puedes darles la carta el día de su mayoría de edad, de su matrimonio, o incluso guardarla para cuando tú faltes. Tómate un tiempo para hacer de este ejercicio algo especial, algo que atesoren cuando tú no estés. Que sea parte de tu legado.


La próxima semana: “Mamá sana, familia sana”



Para ampliar tu perspectiva sobre el tema, no olvides visitar:









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Edurne





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