¿Qué haces cuando Dios dice “no”?
"Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca" (Salmo 34:1)
¿Alguna vez has orado
mucho por algo? ¿Le has pedido a Dios durante días, o incluso semanas de
acuerdo a Filipenses 4:6, presentando tus peticiones a Dios con acción de
gracias o como David en el Salmo 5, esperando el resultado con ansias? ¿Has
orado de esa manera... y la respuesta ha sido “no”? Yo estoy orando por viajar
a España... desde hace 7 años y, hasta la fecha, la respuesta de Dios ha sido “no”.
En situaciones como
esa hay varias decisiones que, sí o sí, debemos tomar:
1. Hablar la verdad
de Dios –
Cuando el enemigo te
susurra al oído “¿ves? no vino en tu ayuda. El dice que va a suplir cada
necesidad, pero no lo hizo!”... ¡Qué difícil es tomar buenas decisiones! Estamos
en un viaje de renovación de nuestra mente (Romanos 12:2) y debemos reemplazar
estas mentiras del enemigo por la Verdad de Dios. Hablar la verdad de Dios
acaba con los engaños del enemigo. Cuando Dios dice “no”, habla la verdad de
Dios, toma la espada del Espíritu (Efesios 6:17) y acércate más al Señor para
que el diablo huya de ti (Santiago 4:7)
2. No desanimarte –
El desánimo es una de
las armas más poderosas de Satanás. Puede paralizarte y hacerte inefectiva para
el servicio a Dios... el servicio a tu familia, a tu iglesia, tu comunidad...
Yo estoy del lado del Señor así que, aunque El me diga que no a algo, yo decido
no desanimarme y seguir activa en el servicio a El en todas las áreas en las
que me permita servirle.
3. Confiar que Dios
sabe qué es lo mejor para tí –
Dios es mi Padre
Celestial. El me ama y quiere lo mejor para
mí... A veces es difícil comprender por qué el Señor dice “no”
a nuestras oraciones.... pero debemos confiar en que Su modo de hacer las cosas
es el mejor.
4. Alabar a Dios –
Job dijo “aunque me
matare, en él esperaré” (Job 13:15). Tenemos que alabara a Dios no sólo por lo
que El ha hecho por nosotros, sino por quién es. Así que, decide alabar a Dios
a pesar de todo.
¿Por qué estás orando
tú? ¿Un esposo? ¿Un hijo? ¿Una situación
financiera difícil? ¿Un trabajo? ¿Una relación que está llegando a su fin? ¿Una enfermedad tuya o de algún ser querido? Sea lo
que sea, Dios va a responder tu oración... pero puede que la respuesta sea no.
Y si es así, sigue firme en la Roca.
Salmo
61
“Oye,
oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende Desde el cabo de la tierra clamaré a
ti, cuando mi corazón desmayare Porque tú has sido mi refugio, Y torre fuerte
delante del enemigo Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro
bajo la cubierta de tus alas Porque tú, oh Dios, has oído mis votos; Me has
dado la heredad de los que temen tu nombre Días sobre días añadirás al rey; Sus
años serán como generación y generación Estará para siempre delante de Dios;
Prepara misericordia y verdad para que lo conserven Así cantaré tu nombre para
siempre, Pagando mis votos cada día”
Edurne
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