Un tronco en el corazón
En mi casa no tenemos tuberías de agua blanca desde
la calle. Tenemos un pozo subterráneo del que sacamos agua con una bomba. Esta
envía el agua a un tanque aéreo y, a su vez, desciende a la casa por gravedad
dándonos agua a la cocina y al baño.
Hace poco le pedí a mi esposo revisara el tanque
porque el agua ya no estaba llegando con la misma presión con la que llegaba
antes. Apenas salía un hilito cada vez que abríamos el grifo y si alguien
estaba usando el agua en el baño, no salía nada por el grifo de la cocina.
Finalmente mi esposo lo revisó y encontró que una de
las plantas que habían nacido en la plataforma del tanque (en la selva nace
vegetación absolutamente en cualquier superficie, incluso el cemento), se había
metido por la unión de la tubería y había crecido tanto en el interior de la
tubería, que obstruía la salida del agua.
Cuando vi la planta y cómo tapaba el conducto, me
puse a pensar que nuestro corazón también está igual de obstruido muchas veces.
Estamos diseñadas para amar, encontramos sentido en nuestra vida cuando
amamos...y aun así muchas veces no lo hacemos, o no como deberíamos. Nuestra “tubería”
de amor está obstruida y en lugar de dejar salir un chorro de agua, apenas
podemos sacar unas gotitas.
Esto sucede por muchas razones. Tenemos plantas y
raíces que obstruyen el flujo de amor desde nuestro corazón porque nos han
herido con anterioridad, o nos han menospreciado, avergonzado. Otras veces esto
sucede porque nuestro amor no ha sido correspondido, porque nos han humillado o
sentimos amargura hacia alguna persona o situación.
Pero llega un momento en el que tenemos que hacer mantenimiento a nuestro
corazón igual que a las tuberías de mi tanque de agua. Debemos – necesitamos -
quitarle las plantas y raíces que lo obstruyen, que impiden que el amor salga
de nuestro interior con liberalidad.
Si no estás dispuesta a sacar de tu corazón todo
aquello que te está impidiendo amar a otros, entonces vas a tener que quitar de
tu Biblia versículos como estos:
Juan 13:34
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he
amado, que también os améis unos a otros.”
Juan 15:17
“Esto os mando: Que os améis unos a otros.”
Romanos 12:10
“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra,
prefiriéndoos los unos a los otros.”
1 Pedro 1:22
“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad,
mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros
entrañablemente, de corazón puro;”
Sí, lo sé. A veces amar duele. Muchas veces duele.
Pero vale la pena.
Contenta en Su
servicio,
Edurne
Cuesta muchas veces tener la disposición para darle el mantenimiento al corazón, porque no es fácil y cuesta. Pero que bendiciones las que se reciben cuando se abre y limpia ese corazón obstruido por raíces, realmente vale la pena! Bendiciones para ti y tu familia Edurne!
ResponderEliminarDe verdad que sí, Carolina!! Abrir el corazón nos trae complicaciones a veces, pero son más las bendiciones que recibimos. Un abrazo a la distancia! =)
ResponderEliminarA veces duele pero es necesario obedecer la palabra de Dios y así sera mas fácil hacerlo
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