3. Analiza tus debilidades y fortalezas







Todas las personas tenemos debilidades y fortalezas, áreas problemáticas en las que debemos mejorar y otras que funcionan bien y que no hace falta cambiar, sino potenciar. Estas debilidades y fortalezas se traslucen en nuestro carácter. De hecho, nuestro carácter está compuesto por el equilibrio (o la falta del mismo) entre esas áreas débiles y las áreas fuertes. Es, por tanto, en el carácter, que vamos a enfocarnos en el día de hoy.

La palabra “carácter” proviene del término griego /jaraktíra/, el cual se utilizaba originalmente para definir una marca impresa sobre una moneda. Hoy en día, indica la suma de todos los atributos –positivos y negativos- por medio de los cuales se puede definir a una persona.

Quiero que hagas un ejercicio práctico para el que necesitas tomarte unos 30 minutos en los que puedas estar sola, concentrada y sin distracciones. Toma unos minutos para orar y pedirle al Señor que te ayude a darte cuenta de tus debilidades y fortalezas. En una hoja de papel, un cuaderno o incluso en tu diario de oración, haz espacio para dos columnas. En una vas a escribir cuáles crees que son tus fortalezas y en la otra cuáles piensas que son tus debilidades.

Voy a darte algunos ejemplos de “fortalezas” y “debilidades”, pero esto no significa que no puedas añadir otras áreas que te definan mejor que las ideas que yo voy a darte:

FORTALEZAS – Analítica, artística, atlética, auténtica, se preocupa por otros, muestra compasión, valiente, creativa, alguien en quien se puede confiar, determinada, disciplinada, educada, flexible, energética, le gusta ayudar, inspiradora, optimista, de mente abierta, paciente, responsable, visionaria, sabia, considerada...

DEBILIDADES – Agresiva, mandona, desordenada, arrogante, de mente cerrada, controladora, cínica, miedosa, avariciosa, impaciente, impulsiva, vaga, irresponsable, negativa, intolerante, prejuiciosa, egoísta, maleducada, descuidada, terca, indisciplinada, derrochadora...

Haz tus dos listas con aquellas características que mejor definan tu carácter y consérvala para que puedas ir trabajando en ella. Conocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades:

- Nos ayuda a tomar decisiones apropiadas
- Nos orienta a la hora de escoger una carrera, una profesión o un ministerio
- Nos da el aliciente necesario para cambiar y crecer.

Lo que hemos hecho hasta ahora es averiguar cuáles son nuestras debilidades y fortalezas generales. Ahora vamos a centrarnos en ver cuál es el tipo de carácter que Dios demanda de nosotras y que podemos encontrar en Gálatas 5:22-23:

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

El fruto del Espíritu, con sus 9 características, es una descripción del carácter de Cristo y de la obra que el Espíritu Santo desea hacer en el carácter de cada creyente. Es el carácter ideal que, ni tú ni yo tenemos a plenitud todavía, pero por el que debemos esforzarnos. Nuestra meta como creyentes es ser cada día más parecidas al carácter de Cristo, es decir, que cada día el fruto del Espíritu se desarrolle más y mejor en nuestra vida.



Vamos a dar un pequeño repaso a cada una de las características del fruto del Espíritu para recordar de qué cualidades de carácter nos habla cada una de ellas:

AmorLa primera de las características del fruto del Espíritu. La base de nuestra vida cristiana, el pilar sobre el que se construye el carácter cristiano, en definitiva, el motor que debe movernos y empujarnos hacia delante. Se refiere al amor agape, al amor incondicional que no espera nada a cambio. Ese es el tipo de amor que Dios tiene por nosotras.

Gozoel gozo es el estado de felicidad que resulta de conocer y servir a Dios. Depende, por tanto, de circunstancias internas. Nuestro gozo no proviene de lo que está a nuestro alrededor, sino de lo que hay en nuestro interior: tener a Jesucristo en nuestro corazón y al Espíritu Santo morando en nuestro cuerpo nos da una fuente de gozo inagotable. El gozo es el fruto de nuestra relación con Dios; sentimos gozo porque estamos en el Señor (Filipenses 4:4).

Paz – La calma, la tranquilidad en medio de la tormenta que proviene de saber quién es Dios y que tiene planes maravillosos para nuestra vida sin importar las circunstancias que podamos estar viviendo. No sabemos en qué forma va a venir la adversidad, pero como mujeres que amamos a Dios y que anhelamos conocerle más y desarrollar en nuestra vida plenamente el fruto del Espíritu, debemos ser conscientes de que va a venir. Y en esos momentos difíciles debemos aferrarnos al conocimiento que tenemos de Dios y recordar que Dios es paz, que  Dios también es el creador de la luz y de la paz.



Pacienciase define en el diccionario como “Capacidad para soportar con resignación desgracias, trabajos u ofensas” o “Tranquilidad para esperar”. En el Nuevo Testamento se traducen como “paciencia” dos términos griegos diferentes:

~       “Jipomóne” – La paciencia con respecto a las circunstancias. Literalmente significa “esperar debajo de algo”, es resistir a las circunstancias, a veces en extremo adversas, pero no necesariamente.
~       “Makrozimía” – La paciencia con respecto a las personas. A veces lo traducimos también como “longanimidad” o “largura de ánimo”

Benignidad“Cualidad de la persona comprensiva, indulgente y tolerante con las faltas de otro; afabilidad; inclinación a perdonar” Benignidad es un concepto que tiene que ver, por tanto, con el perdón, con la compresión, la misericordia, la piedad, la compasión… hermosas palabras para una hermosa parte del fruto del espíritu. Ser benigno es ser compasivo, ser misericordioso, ser piadoso, es ver las faltas de otro y ponerse en su lugar; es una de las cualidades que nos permiten perdonar las ofensas de los demás.

Bondades la parte del fruto del Espíritu que nos hace entrar en acción. El término griego para bondad, agayosunh  /agazosíne/, es una palabra que indica movimiento, un término que expresa “celo por hacer cosas buenas”. Es, por tanto, la descripción de actos deliberados de bondad puestos en práctica. La bondad al modo de Dios es algo más que excelencia de carácter o una cualidad moral, es detenerse a pensar, planificar y ejecutar buenas obras para beneficiar a otra persona.

FeLa propia palabra de Dios nos da una definición de lo que es la fe. La traducción más literal de Hebreos 11:1 dice que “la fe es la realidad de las cosas que se esperan, la prueba de las cosas que no se ven”; fe es estar seguro de lo que esperamos (de que se va a cumplir) y confiar en  lo que no podemos ver. La fe es creer sin pedir prueba o evidencia.



MansedumbreEl término griego para mansedumbre es “praótes”, que denota la calma interior hacia Dios y la aceptación de los tratos de Dios con nosotros, considerándolos buenos, en cuanto afirman nuestra cercanía a Él. La mansedumbre no culpa a Dios por la persecución o la maldad del hombre hacia la persona; no es el resultado de la debilidad, sino la decisión de obedecer a pesar de las consecuencias y de no enojarse ante lo que pueda sobrevenir por esa decisión”. Es la sumisión a la voluntad de Dios; estar dispuesto a dejar nuestros deseos y necesidades a un lado y poner a Dios y Su voluntad en primer lugar, haciendo con agrado todo aquello que nos demanda aunque eso suponga pagar un precio. La forma adjetival del sustantivo “praótes” se usa para describir a los animales que han sido domados, puestos bajo control. El animal domesticado no pierde su fuerza o su voluntad, sino que voluntariamente se somete a su amo. Mansedumbre es, por tanto, la aceptación de la voluntad de Dios, el sometimiento a Dios y a lo que demande de nosotras aunque eso suponga que pasemos por momentos difíciles. Es humillar nuestra voluntad y rendirla a Dios y a las personas a las que Él nos manda sujetarnos y hacerlo con agrado, con disposición, con aceptación genuina, manteniendo un espíritu humilde, sumiso y obediente, afable para con todos, suave y amable

Templanza deriva de la palabra “templado”, que, referida al clima por ejemplo, se refiere a algo que no es ni frío ni caliente, algo, por tanto, que no está en los extremos, que es moderado. Templanza tiene que ver con términos como “dominio propio”, “sobriedad” y “prudencia”, siendo que indica el poder que uno tiene sobre sus propias pasiones o reacciones. Poder que, obviamente nosotras, como mujeres cristianas, obtenemos del Espíritu Santo. Es un término que tiene que ver también con el control sobre los deseos, con la abstinencia de los deleites carnales, con ser mujeres controladas por el Espíritu Santo y ser capaces de abstenernos de las cosas que no nos convienen, de refrenarnos y no dar rienda suelta a nuestras pasiones.

(Puedes descargar un estudio completo sobre el Fruto del Espíritu aquí:
https://www.facebook.com/groups/471357026239583/472628462779106/)

De nuevo voy a pedirte que hagas otra lista de tus fortalezas y debilidades, pero esta vez centrándote solamente en el Fruto del Espíritu. Pon bajo “fortalezas” aquellas características que salen naturalmente en ti y bajo “debilidades” aquellas que te cuestan o con las que luchas.

Una vez que tengas esa lista hecha, vamos a combinarla con la lista anterior de fortalezas y debilidades generales. Para eso tienes que ir colocando cada característica de la lista general, bajo cada una de las categorías del Fruto del Espíritu. Por ejemplo, imagina que en tu lista de debilidades escribiste cosas como:

1 - me enojo con facilidad
2 - me preocupo demasiado por el futuro
3 - no puedo trabajar con niños

A la hora de combinar ambas listas,  la nº 1 la podrías poner bajo “templanza”, la nº 2 bajo “fe” y la nº 3 bajo “paciencia”.

Otro ejemplo más: Imagina que entre tus fortalezas están cosas como:
1 – me preocupo por los demás
2 – mantengo la calma en las situaciones difíciles
3 – soy muy disciplinada

Al combinar las listas, la nº1 podrías ponerla bajo “amor”, la 2º y la 3º bajo “templanza”. De forma que ambos ejemplos quedarían combinados de esta forma:

Debilidades
Fortalezas
Amor -
Amor - me preocupo por los demás
Gozo -
Gozo -
Paz -
Paz -
Paciencia - no puedo trabajar con niños
Paciencia -
Benignidad -
Benignidad -
Bondad -
Bondad -
Fe - me preocupo demasiado por el futuro
Fe -
Mansedumbre -
Mansedumbre -
Templanza - me enojo con facilidad
Templanza - mantengo la calma en las situaciones difíciles, soy muy disciplinada


Ahora que ya tienes una visión detallada de tu carácter, hay ciertas preguntas que debes hacerte:

- ¿Qué rasgos del fruto del Espíritu sobresalen en tu carácter? ¿Cómo puedes potenciarlos?
- ¿Qué rasgos del fruto del Espíritu son los más débiles en tu carácter? ¿Cómo puedes mejorar en esas áreas?
- ¿En qué áreas generales están tus fortalezas? ¿En qué áreas tus debilidades?
- ¿Qué puedes hacer en forma práctica para mejorar tus puntos débiles?
- ¿Qué puedes hacer en forma práctica para explotar mejor tus fortalezas?

No importa cuánto tiempo te lleve hacer este ejercicio. Puedes hacerlo por partes, durante una semana, o todo de una vez. Lo importante es que seas sincera contigo misma. No sirve de nada que pases por alto algunas de tus debilidades o que te pongas fortalezas que te gustaría tener, en lugar de las que tienes. Sería interesante hacer este ejercicio junto a otra persona, quizás tu esposo, tu mamá, una buena amiga... alguien que te conozca muy bien y que te ayude a ver la realidad de tus fortalezas y tus debilidades.

Ponlo en Práctica

Todo el estudio de este tema ha sido bastante práctico, pero me gustaría proponerte algunos ejercicios más para poder zambullirnos en la Palabra de Dios:

1. Lee 2 Corintios 12:9 y Filipenses 4:13
¿De qué forma estos versículos te animan a superar las debilidades en tu carácter? Decide hoy cuál va a ser la primera de esas debilidades que vas a intentar cambiar. Haz un compromiso con el Señor, con tu familia y contigo misma y traza un plan de acción para lograrlo.

2. Lee Efesios 3:14-16; 2 Corintios 4:16

El “hombre interior”, el fruto del Espíritu no es algo que se logra solamente con esfuerzo, es algo que nace a partir de nuestra relación con Dios. ¿De qué forma estás potenciando tus fortalezas y trabajando en tus debilidades? ¿Qué pasos estás tomando para que cada día tu carácter se parezca más al carácter de Cristo? ¿Estás...
...orando?
...alabando a Dios?
...leyendo la Biblia?
...meditando en la Palabra o teniendo un tiempo devocional?
...memorizando versículos?
...asistiendo a una iglesia?
...haciendo estudios profundos de la Palabra?
...creciendo en tu relación con el Señor?
...involucrándote el algún ministerio fuera de tu hogar?

¿Con qué frecuencia pones en práctica estas disciplinas espirituales? ¿Qué debes mantener/cambiar/mejorar/comenzar a hacer?

3. La Escritura nos da algunos otros rasgos de carácter más. Lee cada uno de estos pasajes y busca en un diccionario todas aquellas palabras cuyo significado no tengas claro:

Fortalezas
Tito 2:3-5
1 Pedro 3:1-4; 8-9
2 Pedro 1:5-9

Debilidades

Gálatas 5:19-21
Efesios 5:3-5
Colosenses 3:5-11

4. Lee Proverbios 31:10-31. ¿Qué rasgos de carácter ves en esta mujer virtuosa? ¿Qué fortalezas compartes con ella? ¿Qué puntos débiles ves en ti? ¿Qué cosas de las que hacía esta mujer puedes imitar para superar tus debilidades? ¿Cuáles puedes implementar en tu vida para potenciar tus fortalezas?


Tu carácter te define... te define como persona, te define en tus relaciones, te define como creyente. Te define en cada ámbito de tu vida. ¿Qué dice de ti tu carácter? ¿Tus puntos débiles te tienen atrapada y estancada en tu relación con los demás? ¿Con Dios? ¿Eres cruel contigo misma por no ser capaz de superar esas debilidades? O, por el contrario, ¿Crees que no estás potencializando lo suficiente tus fortalezas? Analízate a ti misma, examina tus fortalezas y tus debilidades, traza planes de acción para trabajar en cada área de tu vida. Permite que el Espíritu Santo de Dios lleve a cabo Su obra transformadora en ti.

Efesios 4:22-24

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”


Contenta en Su servicio,

Edurne

Comentarios

  1. Edurne: Doy gracias a Dios por tu vida, por dejarte usar de Dios para bendición de mi vida. Un abrazo Carolina Niño.

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    1. Un abrazo Carolina! Gracias por compartir este espacio =)

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