Señales de alerta para adolescentes







          Estoy leyendo el libro del Dr. James Dobson Cómo criar a los varones. Él da una lista del “Consejo de investigación para la familia” con algunas señales de alerta a las que los padres de adolescentes deben estar atentos. Cuando leí la lista automáticamente me vino a la mente en caso de una chica española de 16 años que murió el año pasado. Ella llevaba una “doble vida”, había caído en una red de prostitución de menores en la que la habían enganchado a las drogas. Y no era la única, algunas amigas suyas también habían caído en lo mismo. Cuando les preguntaban a los padres si ellos veían que algo andaba mal con su hija, ellos decían que no tenían ni idea de que eso estaba pasando, les agarró totalmente por sorpresa hasta el día en el que su hija murió. Y yo me pregunto, ¿eso es posible? ¿Será posible que uno no se dé cuenta de que algo tan grave está pasando en la vida de nuestros hijos? Quizás sí.

          Sabemos que, cuando nuestros hijos llegan a la adolescencia, comienzan a buscar su propia personalidad y tienen deseos de tener más libertad e independencia. Suelen entrar en una etapa en la que es difícil que hablen y se expresen con sus padres. Sin embargo, es esencial que nos sentemos a hablar con nuestros hijos adolescentes, aunque tengamos que sacarles las palabras a cuenta gotas, que estemos pendientes de sus cambios e intentemos ayudarlos en ese proceso de llegar a la edad adulta al máximo posible.

          El Dr. Dobson recomienda que, si alguna de estas cosas sucede con nuestros hijos, primero redoblemos la atención y después, tomemos medidas para ayudar a nuestros hijos adolescentes y evitar problemas mayores como sufrir de acoso escolar, drogas, problemas relacionados con el sexo o incluso el suicidio.

          Esta es la lista:

-         ¿Ha cambiado totalmente la personalidad de su hijo?
-         ¿Está teniendo problemas con algún amigo? ¿Está teniendo problemas para llevarse bien con sus hermanos o sus padres? ¿Se ha alejado de personas a las que antes se sentía cercano?
-         ¿Está disminuyendo la calidad de sus tareas escolares? ¿No ha llegado a cumplir con lo que es normal en él mismo en cuanto a sus calificaciones escolares?
-         ¿Parece estar siempre aburrido y tiene problemas para concentrarse?
-         ¿Está actuando con rebeldía de manera inexplicable o grave?
-         ¿Está teniendo problemas para afrontar un cambio grande en su vida como una mudanza, un problema de salud grave de alguien cercano, una muerte o el divorcio de sus padres?
-         ¿Se ha escapado de casa o lo ha intentado?
-         ¿Hay algún indicio de abuso de drogas o de alcohol?
-         ¿Se queja de dolores de cabeza o de estómago o tiene síntomas que parece que no sean reales, sino que más parecen un llamado de atención?
-         ¿Ha empeorado su aspecto físico?
-         ¿Está regalando sus posesiones más valiosas?
-         ¿Está escribiendo notas o poemas acerca de la muerte?
-         ¿Habla, incluso bromeando, sobre el suicidio?
-         Dice a menudo cosas como “esta es la gota que colmó el vaso” “no puedo aguantar más” o “no le importo a nadie”
-         ¿Reacciona de forma exagerada ante frustraciones pequeñas o incluso insignificantes?
-         ¿Está enojado y siente ira todo el tiempo? ¿Tiene pensamientos negativos sobre sí mismo?

                   “Si usted ve un patrón de estas características en su hijo, le insto a que busque inmediatamente ayuda para él. Muchos suicidios y problemas graves en la vida de nuestros hijos sorprenden por completo a los padres, que se quedan desconcertados. Usted es prudente si permanece alerta a las señales y los síntomas que, en el día a día, podrían pasar inadvertidos. Tener una familia firme e involucrada en la vida del adolescente es la prevención más eficaz, no solamente contra la posibilidad del suicidio, sino también contra la mayoría de los comportamientos antisociales en los que se pueden ver envueltos.

          Recurro a la columnista Kathleen Parker para proveer el consejo final acerca de cómo criar muchachos saludables en nuestro mundo trastornado: reduzca el tiempo que los muchachos se exponen a la violencia (televisión, películas, videojuegos…), esté en casa cuando ellos lleguen de la escuela, ayúdelos con las tareas escolares, pregúnteles acerca de cómo les fue ese día, déjelos llorar si necesitan hacerlo, apóyenlos cuando estén desanimados, ayúdenlos a ver distintas opciones, provea consecuencias significativas por la conducta inaceptable en el hogar, recompense el buen comportamiento, exprese expectativas morales, hable con sus maestros y abrace a esos muchachos cada vez que tenga oportunidad. Enséñeles a ser adultos por medio del ejemplo y enseñándoles lo que parece que nuestra sociedad ha perdido: el autocontrol.” (Dr. James Dobson)



          Criar hijos no es fácil, criar adolescentes menos. En esta sociedad tan corrompida en la que vivimos, nuestros hijos están expuestos a demasiadas cosas. Estemos atentas para intentar ayudarlos y protegerlos de la mejor forma posible.

          Si aún no tienes hijos adolescentes, comienza desde ahora a trabajar en sus vidas, a amarlos, a crear puentes de comunicación con ellos. Y sean grandes o pequeños, adolescentes o recién nacidos, sea que viven fuera del hogar o apenas están dando los primeros pasos, nunca dejes de orar por tus hijos.


          Contenta en Su servicio,


          Edurne


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