3 Maneras de Mejorar nuestras habilidades como padres
(Artículo original de Crosswalk.com)
Recibimos educación entre 12 y 20 años
o más para prepararnos para el mundo laboral y para la vida en general, y, sin
embargo, no recibimos educación para la tarea más difícil con la que nos vamos
a encontrar: ser mamá o papá. Tenemos que ir aprendiendo. Hacemos algunas cosas
bien y otras mal. Y más a menudo de lo que quisiéramos, tenemos la sensación de
que estamos haciendo algo mal como padres.
La clave es aprender de nuestros
errores. Aquí hay tres cosas sencillas en las que podemos enfocarnos y que
pueden tener un gran impacto en la vida de nuestros hijos.
1. Da más ánimo que órdenes
Controlar el comportamiento de
nuestros hijos es una de las tareas más difíciles respecto a la paternidad. Me
encuentro a mí mismo diciendo “no” tantas veces que estoy comenzando a pensar
que necesito aprender otros idiomas para dejar de repetirme. Con el tiempo, el
poder del ánimo en el desarrollo de nuestros hijos se ha ido documentando (así
como el efecto negativo de alabarles de forma desmedida). Ninguno de nosotros
estará en desacuerdo con que debemos elogiar a nuestros hijos más de los que
los criticamos. Ese elogio debe ser específico, personal, inmediatamente
después del comportamiento exitoso y nunca seguido por un comentario negativo.
Y nuestro ánimo tiene mayor impacto cuando lo acompañamos de un abrazo.
El pastor y autor Dave Stone dice: “En
ausencia del ánimo, el desánimo prevalece. Si no estamos edificando a nuestros
hijos, los estamos destruyendo por defecto. Una casa que se deja sola se caerá al
suelo en pedazos.” (Fuente: How to Raise Selfless Kids in a Self-Centered World,
Thomas Nelson, 2013)
También se ha dicho que los niños
aprenden mejor cuando se les permite hacer cosas por ellos mismos. En lugar de
estar todo el día mandándoles, deberíamos considerar más oportunidades para que
ellos tomen sus decisiones dentro de nuestros parámetros. De esa forma,
desarrollarán habilidades en cuanto a confianza y toma de decisiones que les
beneficiarán más adelante.
2. Enseña más de lo que hablas.
Como padres, pasamos mucho de nuestro
tiempo hablando a nuestros hijos sobre cómo deberían actuar. Y, generalmente,
parece que nuestras palabras les entran por un oído y les salen por el otro.
El cineasta Martin Scorsese dijo una
vez “Si alguien quiere llegar a los jóvenes a edad temprana y modelar sus
mentes de forma crítica, debe conocer cómo expresar ideas y emociones de forma
visual”.
Eso es porque la mayoría de los niños
son aprendices visuales. De hecho, los estudios demuestran que más o menos el
65% del total de la población aprende de manera visual.
No solamente puedes
decirles a tus hijos cómo actuar, tienes que mostrárselo. Deja que te vean ser
educado y tener modales en la mesa, hablar con otros de forma respetuosa, pedir
perdón, mostrar afecto, ser hospitalario, vivir una relación personal con Dios,
ser generoso…
3.
Ora más de lo que te preocupas
Para muchos de nosotros,
la ansiedad es un problema constante. Nos preocupamos por todo – nuestros hijos,
nuestro matrimonio, las finanzas, el trabajo… Pero Dios nos dice una y otra vez
que pongamos nuestra cargas en Sus hombros, que oremos y confiemos en El (Mateo
6:25; 35; 11:28; Lucas 12:25; Juan 14:27)
Cuando se trata de
nuestros hijos, hay una sola manera de librarnos de la preocupación: volvernos
a Dios. Debemos recordar que nuestros hijos le pertenecen a Dios, no a
nosotros, que Él nos los ha encomendado y que siempre debemos de buscar Su guía
para criarlos.
No te desanimes, el único
perfecto es Dios y Él nos va a ayudar. Todo lo que tenemos que hacer es
pedírselo.
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