10 factores que pueden destruir un matrimonio
Debra K. Fileta de True Love Dates publicó en estos días un artículo hablando sobre 10
factores que pueden destruir un matrimonio y a los que debemos estar atentas:
1.
Prioridades Familiares
El mayor estrés para la mayoría de las
parejas tiene poco que ver con su relación y mucho con las relaciones por las
que están rodeados. Hay matrimonios que luchan por falta de priorizar el tiempo
entre ellos y el tiempo familiar con sus hijos. Una vez que nos casamos,
debemos tener en cuenta que escogemos poner a nuestro esposo por encima de
todos los demás – padres, amigos, hermanos…Los matrimonios saludables son
aquellos que escogen pasar tiempo juntos.
2. Falta
de Comunicación
Lo normal para una pareja es invertir
muy pocos minutos de conversación de calidad al día. Es fácil dejar que las
ocupaciones y agendas nos impidan conectarnos. Sé intencional en buscar el
tiempo para abrir la comunicación con tu pareja y dejar que fluya.
3.
Estrés
Es fácil pasarle nuestro estrés a
nuestra pareja. Podemos caer en el hábito de guardarnos las cosas hasta llegar
a casa y ahí, explotar. Desde problemas financieros a enfermedades, problemas
laborales… los matrimonios saludables permiten que el estrés los una al confiar
en uno en el otro y compartir las cargas.
4.
Tecnología
Parece que ya no podemos tener una
conversación con nadie sin que un teléfono, un ipod, ipad, tablet, Facebook,
Twitter… se interpongan. Cada vez invertimos más tiempo en lo cibernético que
en las relaciones reales. Desconecta, apaga la tecnología e invierte tiempo en
tu pareja.
5.
Egoísmo
El matrimonio es una lección de
continua de desprendimiento. Podemos dejar que la experiencia nos haga mejores
o que nos amarguemos. Poner las necesidades de alguien por encima de las
nuestras es una tarea increíblemente difícil porque la naturaleza egoísta
aflora con demasiada facilidad. Cada vez que decimos sí a nosotras mismas de
manera egoísta, estamos diciendo no a nuestro matrimonio. No se trata de él o
yo, sino de nosotros o yo.
6. Falta de perdón
Perdonar
y olvidar no son lo mismo. Cuando
fallamos en darnos cuenta de eso, nos quedamos con la herida por mucho tiempo. Y,
eventualmente, esa herida comienza a afectar nuestras relaciones de adentro
hacia afuera. Pero perdonar no es excusar a la otra persona, sino liberarnos a
nosotros mismos para recibir la sanación de Dios, quien nos perdona una y otra
vez.
7. Falta
de límites
Tendemos a olvidar que nuestro
matrimonio debe tener una estrategia defensiva. Podemos hacer todas las cosas
bien, y aun así fallar en mantener a ralla las cosas dañinas que influencian
negativamente nuestro matrimonio. Defiende tu matrimonio manteniendo un límite
con las personas en cuanto a compartir tus emociones, problemas, tiempo…
8. El
pasado
No definamos a nuestra pareja por su
pasado, sino por quién es en el presente. El pasado puede influenciar nuestra
vida, pero sólo controlará nuestro presente si se lo permitimos. Es importante
ser real el uno con el otro sobre nuestro pasado, pero, es más importante aun
respetar ese pasado a la luz de lo que Dios está haciendo en la vida de nuestra
pareja aquí y ahora. Olvidar lo que está detrás para extendernos a lo que está
delante.
9. Falta
de honestidad
¿Por qué una mentira pequeña es tan
peligrosa como una grande? Porque ambas tienen el mismo impacto en la
intimidad. La honestidad en el matrimonio es un pegamento que lo mantiene
unido. Si has cometido errores, esconderlos de tu pareja no es lo más adecuado,
busca el momento para la verdad y la confesión. Una relación basada en la falta
de honestidad no es una relación.
10. Orgullo
Para ser capaces de tener un
matrimonio fuerte, debemos ser capaces de reconocer y arreglar nuestras faltas
y fallos antes de fijarnos en los de nuestra pareja. Y el orgullo se interpone
en ese proceso, porque es mucho más fácil señalar con el dedo y buscar culpas y
responsabilidades en otros antes que hacerlo en nosotros mismos.
Es hora de considerar si estás bajando
la guardia en alguno de estos factores que pueden destruir un matrimonio y
protegerlo contra cualquier ataque interno o externo.
Artículo
original de Debra K. Fileta - www.truelovedates.com
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