Examina tu Amor








1 Corintios 13:4-8

El amor es sufrido,  es benigno;  el amor no tiene envidia,  el amor no es jactancioso,  no se envanece; no hace nada indebido,  no busca lo suyo,  no se irrita,  no guarda rencor; no se goza de la injusticia,  mas se goza de la verdad. Todo lo sufre,  todo lo cree,  todo lo espera,  todo lo soporta. El amor nunca deja de ser


          Un pasaje conocidísimo ¿verdad? ¿Qué te parece si lo utilizamos para hacer un test, un pequeño examen sobre si nuestra forma de amar a nuestra familia se adecúa a lo que dice Pablo que es la definición del amor ¿te animas?

          ¿Soy paciente con mi familia? ¿Comprensiva y flexible? ¿Soy un modelo de paciencia para con ellos o pierdo los nervios a la primera de cambio?

          ¿Soy amable con mi familia en mis palabras y acciones? ¿Muestro amor y dulzura en mi trato con ellos? ¿Enseño a mis hijos buenos modales y soy un ejemplo de cómo comportarse?

          ¿Siento envidia hacia ningún miembro de mi familia? ¿Los apoyo en sus emprendimientos? ¿Me alegro con sus logros? ¿Los ayudo a conseguir sus objetivos?

          ¿Soy jactanciosa con mi familia? ¿Les paso por la cara todos y cada uno de mis logros por pequeños que sean? ¿Soy mala ganadora? ¿Me burlo cuando les gano? ¿Soy la reina del “te lo dije”?

          ¿Me muestro vana y orgullosa con mi familia? ¿Tengo una actitud humilde? ¿Enseño a mis hijos a ser humildes?

          ¿Alguna vez hago o digo algo indebido que afecte a mi familia? ¿Los edifico o los destruyo?

          ¿Busco mi propio beneficio a la hora de servir a mi familia? ¿Pongo mis necesidades por encima de las de ellos?

          ¿Me irrito? ¿Me enojo con o sin razón? ¿Muestro dominio propio ante las situaciones difíciles?

          ¿Tengo algún rencor en mi corazón hacia mi esposo o mis hijos? ¿Perdono y olvido…o perdono y recuerdo? ¿Me cuesta perdonar?

          ¿Me gozo en la injusticia de alguna manera? ¿Busco vivir una vida pura y limpia y me esfuerzo por no pecar y ser de ejemplo a mi familia?

          ¿Me gozo con la verdad? ¿Escojo decir la verdad en cada momento aunque eso me perjudique? ¿Busco la verdad de Dios negándome a creer las mentiras de Satanás? ¿Ayudo a mi esposo y a mis hijos a hacer lo mismo?

          ¿Estoy dispuesta a sufrir por amor a mi familia? ¿Hasta qué punto?

          ¿Soy confiada? ¿Creo en la palabra de mi esposo y de mis hijos? ¿Tengo algún motivo real para desconfiar de ellos?

          ¿Tengo mi esperanza puesta en Dios y en lo que Él va a hacer en mi vida y en la de mi familia?

          ¿Es mi amor por mi esposo y por mis hijos suficiente como para soportarlos, no solo como familia mía que son, sino como hermanos en Cristo?


          Sé sincera contigo misma, nadie está viendo tus respuestas. Si hay algo que debas cambiar…¡quizás este sea el momento!



            Contenta en Su servicio,

          Edurne

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