Preparando el camino para el Señor






Para leer
Lucas 1:5-10

Hubo en los días de Herodes,  rey de Judea,  un sacerdote llamado Zacarías,  de la clase de Abías;  su mujer era de las hijas de Aarón,  y se llamaba Elisabet.  Ambos eran justos delante de Dios,  y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo,  porque Elisabet era estéril,  y ambos eran ya de edad avanzada.  Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre del sacerdocio,  le tocó en suerte ofrecer el incienso,  entrando en el santuario del Señor.  Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.




Para meditar

El relato de Lucas sobre el nacimiento de Jesús comienza con dos personajes: el sacerdote Zacarías y su esposa Elisabet. ¿Por qué? Porque ellos fueron los padres de Juan el Bautista, cuya misión era preparar los corazones del pueblo de Israel para la venida del Mesías haciéndoles ser conscientes de su pecado.


Juan 1:23 

Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor,  como dijo el profeta Isaías.


Estas palabras aparecen en los cuatro evangelios: Mateo 3:3, Marcos 1:3, Lucas 3:4, Juan 1:23 y todos tienen como base el versículo de Isaías 40:3:


Voz que clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.


Esa voz que clama en el desierto es Juan el Bautista y a través de su mensaje y su llamado al arrepentimiento, él estaba preparando el camino para el Señor. De la misma forma, esa relación entre Juan y Jesús se establece desde su nacimiento.


Lucas nos dice algunas cosas sobre Zacarías y Elisabet que nos ayudan a ver la clase de hogar en el que Juan se crió y que, sin duda, le ayudaron en la tarea para la que había sido llamado:


Eran justos delante de Dios.
Eran irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.
Eran de edad evanzada.
No tenían hijos porque Elisabet era estéril.


Zacarías era sacerdote y le había tocado ofrecer el incienso en el lugar santísimo, algo que solo algunos sacerdotes podían hacer. Para un hombre piadoso como Zacarías, este momento representaba un gran privilegio, sabía que iba a ser una experiencia espiritual única e irrepetible. El quemar incienso es una fuerte metáfora de la oración en la Biblia: Salmo 141:2; Apocalipsis 5:8, de forma que este acto de Zacarías representaba también su oportunidad de pasar un tiempo de oración en el lugar santísimo.


Elisabet estaba estigmatizada con la infertilidad, algo muy difícil en aquella época. Pero, a pesar de todo, esta mujer seguía amando al Señor y esperando en Él (puedes leer más sobre Elisabet en este enlace)




Para hacer
 
Celebremos con todos nuestros sentidos ¿te parece? ¿Cuáles son los olores y esencias que para ti gritan “Navidad”? Para mí son la naranja, la canela, el anís, el chocolate, el pino, el calvo… quizás para ti sean otros. 

Te dejo algunas ideas con decoraciones fragrantes, para que puedas recordar a Zacarías, a Elisabet y al que clama en el desierto anunciando la venida del Señor y puedas tomar un tiempo para orar entre estos olores.














Contenta en Su servicio,

Edurne

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