Tu oración ha sido contestada
Para leer –
Lucas 1:18-25
Dijo
Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. Respondiendo
el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo. Y el pueblo estaba esperando a Zacarías, y se extrañaba de que él se demorase en el
santuario. Pero cuando salió, no les podía hablar; y comprendieron que había visto visión en el
santuario. El les hablaba por
señas, y permaneció mudo. Y cumplidos
los días de su ministerio, se fue a su
casa. Después de aquellos días concibió su mujer Elisabet, y se recluyó en casa por cinco meses, diciendo: Así ha hecho conmigo el Señor en los días en
que se dignó quitar mi afrenta entre los hombres.
Para meditar –
Hoy solo quiero que leas varias veces el
texto que tenemos para hoy y pienses en dos cosas:
Por un lado, en qué fácil es para nosotras dudar de
lo que Dios hace o puede hacer. Zacarías, aun viendo al ángel, no podía creer
que iba a tener un hijo ¡y no cualquier hijo! Sino un elegido de Dios. Era
demasiado bueno para ser verdad y eso lo llevó a cuestionar lo que estaba
delante de sus ojos. Zacarías miró primero las circunstancias y después vio a
Dios. Pero sabemos que Dios puede obrar a pesar de las circunstancias ¿verdad?
Y, por otro lado, en cómo Dios responde las
oraciones. Imagino el gozo de Elisabet al quedar embarazada finalmente ¡la
espera había terminado! ¡La oración había sido contestada! ¿Y ves lo que hizo
Elisabet? Se recluyó en casa por cinco meses. Tantas veces que he leído y
releído este pasaje y es hoy, por primera vez, que me doy cuenta de ese
detalle. Elisabet no se encerró en su casa por vergüenza o para ocultar su embarazo,
no, lo hizo para pasar un tiempo especial con Dios y disfrutar del regalo que
el Señor le había dado junto a Él.
A veces pasamos mucho tiempo orando por algo y,
cuando el Señor por fin nos lo concede… ¿Cuánto tiempo pasamos con Él en
alabanza, en adoración, en gratitud?
Para hacer –
Descansa. Adora. Alaba al Señor. Céntrate en lo que
realmente es la Navidad. Pon música con la que puedas adorar al Señor y canta a
todo pulmón.
Contenta en Su servicio,
Edurne
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