Perdiste tu primer amor - 7 tipos de creyentes
Apocalipsis
2:1-7
Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que
tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete
candeleros de oro, dice esto:
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no
puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y
no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi
nombre, y no has desmayado.
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Recuerda, por tanto,
de dónde has caído, y arrepiéntete,
y haz las primeras obras; pues si
no, vendré pronto a ti, y quitaré tu
candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los
nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el
Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la
vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Éfeso era una ciudad muy famosa
en el mundo antiguo con una iglesia conocida por todos a la que el apóstol
Pablo dedica la carta de Efesios. Pablo ministró esta iglesia por tres años
(Hechos 19:1; Hechos 20:31). Fue la ciudad en la que estaban también Aquila y
Priscila junto a Apolos (Hechos 18:24-28) y la ciudad en la que Timoteo ejercía
su ministerio (1 Timoteo 1:3).
Pero Éfeso también era famosa
como un centro religioso, cultural y económico de la región. En esta ciudad
estaba erigido el templo de Artemisa (Diana en el panteón romano), una diosa de
la fertilidad a la que se adoraba por medio de rituales expresamente sexuales e
inmorales. El templo de Artemisa en Éfeso fue, incluso, una de las 7 maravillas
del mundo antiguo dada su magnificencia y exuberancia.
Elogio a la Iglesia
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no
puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y
no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi
nombre, y no has desmayado.
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los
nicolaítas, las cuales yo también
aborrezco.
Jesús sabe lo que la iglesia de
Éfeso estaba haciendo bien: Estaban trabajando duro para el Señor y soportaban
con paciencia cada prueba, cada obstáculo para poder seguir adelante con esas
obras. En eso la iglesia de Éfeso es de ejemplo para todos nosotros, porque no
se cansaba, perseveraba y tenía frutos. También buscaban pureza doctrinal (“no
puedes soportar a los malos”), tener una doctrina sana y apegada a la doctrina
de los apóstoles, siguiendo el consejo que Pablo les da en Hechos 20:29-31.
Otra de las cosas que Jesús
elogia de la iglesia de Éfeso es que “aborrece
las obras de los nicolaítas”. No sabemos exactamente quiénes eran los
nicolaítas ni dónde se localizaban exactamente, pero sí que se relacionaban con
la inmoralidad y la idolatría.
Condena a la Iglesia
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Todo lo bueno que tenía la
iglesia de Éfeso no podía tapar, sin embargo, que también tenía algo en contra
de ellos: has dejado tu primer amor.
Llama la atención que no se les
diga que “han perdido” su primer amor, sino que lo “han dejado”. Perder puede
ser un hecho accidental, pero dejar es un acto delibrado, aunque no sea algo
que suceda de manera repentina.
Recuerda que la iglesia de Éfeso
era una iglesia que tenía obras…pero las obras son vanas sin amor.
“Una iglesia no tiene razón de ser como iglesia cuando no hay amor en su corazón o cuando se enfría. Pierde el amor y lo pierdes todo.” - Spurgeon
Como cristianos, somos llamados a
amar a Dios y amar al prójimo y ambos tipos de amor tienen que ir juntos. No
puedes decir que amas a Dios sin amar al prójimo y tampoco puedes amar al
prójimo sin amar a Dios en primer lugar.
Consejo a la Iglesia
Recuerda, por tanto,
de dónde has caído, y arrepiéntete,
y haz las primeras obras; pues si
no, vendré pronto a ti, y quitaré tu
candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.
El primer paso de restauración
para la iglesia de Éfeso era recordar. Necesitaban recordar cómo era esa
relación con Cristo y de unos por otros. El segundo: arrepentirse.
El
arrepentimiento no tiene que ver con los sentimientos, sino con cambiar de
dirección, con dejar de hacer aquello que está mal y comenzar a hacer aquello
que está bien. Y por último, hacer las primeras obras. Esto significa, ni más
ni menos que volver a lo básico: la oración, el tiempo en Su Palabra, el gozo
de estar con otros creyentes, la satisfacción de compartir con otros de Cristo…
Desafío a la Iglesia
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a
las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual
está en medio del paraíso de Dios.
El que tenga oído, que oiga. Y
esto es aplicable a todos, a la iglesia de Éfeso, a ti y a mí.
Generalmente asociamos la palabra
“vencer” con superar situaciones graves, pecado o guerra espiritual, pero Jesús
habla aquí de vencer superando la frialdad del corazón y la falta de amor. La
promesa para el que vence en este sentido implica un regreso al Edén, a la
restauración, a la vida eterna. Donde Cristo está, está el paraíso.
La Iglesia de Éfeso y el Creyente Actual
La iglesia de Éfeso era una
iglesia que tenía muchas obras. A veces nos centramos en trabajar para Dios y
eso eclipsa nuestra relación con Él. No podemos poner lo que hacemos por Dios
antes de nuestra comunión con Él.
¿Cómo es tu amor por Jesús?
¿Todavía mantienes la llama prendida? ¿O eres una creyente que ha perdido Su primer amor? ¿Quizás has dejado que esa relación se vaya
perdiendo y diluyendo?
Haz hoy una revisión de cómo está tu vida espiritual, de
cómo está tu vida de oración, de cuánto tiempo pasas en la Palabra, de cómo
está tu relación con otros creyentes, de a cuántas personas has hablado de
Cristo últimamente…
1 Corintios
13:1-3
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese
profecía, y entendiese todos los
misterios y toda ciencia, y si tuviese
toda la fe, de tal manera que trasladase
los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes
para dar de comer a los pobres, y si
entregase mi cuerpo para ser quemado, y
no tengo amor, de nada me sirve.
¿Has perdido tu primer amor?
Recupéralo. Ninguna obra que hagas para Dios sirve de nada si tu relación con
Él no está bien.
La próxima semana: La iglesia de
Esmirna – El Creyente Fiel
Contenta en Su
servicio,
Edurne
Muchísimas gracias por todo lo que has explicado, gracias Edurne, que DIOS te bendiga muchísimo amada hermana
ResponderEliminarAmén Emma, gracias a ti por acompañarme en el estudio =)
EliminarGloria a Dios por tu enseñanza Edurne el Señor te siga usando con su Santo Espíritu!! Gracias
ResponderEliminarGracias Claudia! Bendiciones :)
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