3 realidades sobre el amor de Dios
“Cuando una persona se sabe amada por Dios, no de manera intelectual, sino que lo experimenta día a día en su vida, está preparada para vivir de forma diferente, para convertirse en un canal del amor de Dios hacia otros, para vivir con paz, con gozo, para afrontar todo lo que suceda desde una perspectiva distinta.” – Sally Clarkson, Eres Amada
Hay tres realidades sobre el amor de Dios de las que
quiero hablarte hoy. Cosas que sabemos pero que, a veces, olvidamos.
Dios te ama desde antes de que nacieras.
Salmo 139:13
“Porque
tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste
en el vientre de mi madre.”
Antes de que fueras engendrada, Dios pensó en ti, te
creó con características determinadas, te creó con un plan y un propósito
determinados. Que estés aquí no es casualidad, que seas como eres, no es
casualidad. Eres parte de la planificación de Dios.
Dios te ama de manera incondicional.
Este amor de Dios es el que se conoce como amor
ágape, ese amor que no espera nada a cambio, que da sin pretender que le
devuelvan, que ama a pesar de que no le amen de vuelta, que perdona, tiene
misericordia y no puede evitar amar.
Esta manera de Dios de amarte implica que no hay
nada que puedas hacer que pueda forzar a Dios a dejar de amarte.
Hay veces en las que pensamos que Dios no nos ama, porque
hemos pecado, porque vivimos alejadas de Dios, porque no le obedecemos… o
porque estamos pasando por pruebas, problemas, situaciones muy difíciles que
nos hacen pensar cosas como “si Dios me amara, no me pasaría esto”.
Pero esto no es así, Jerry Bridges dice:
“El amor
infalible de Dios por nosotras es un hecho objetivo afirmado una y otra vez en
las Escrituras. Es cierto, lo creamos o no. Nuestras dudas no destruyen el amor
de Dios, ni es nuestra fe la que lo crea. Se origina de la misma naturaleza de
Dios, que es amor, y fluye a nosotros a través de nuestra unión con Su Hijo
amado”.
No hay nada que nos pueda separar del amor de
Cristo, absolutamente nada.
Romanos 8:35-39
¿Quién
nos separará del amor de Cristo?
¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre,
o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti
somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar
del amor de Dios, que es en Cristo Jesús
Señor nuestro.
No tenemos que ganar el amor de Dios.
No hay nada que nosotras podamos hacer para ganar el
amor de Dios ¡Él ya nos ama! A veces pensamos que orando más, leyendo más la
Biblia, haciendo más obras vas a ganar el amor de Dios, sin darnos cuenta de
que no hace falta. Dios ya ha demostrado Su amor por ti, aun con tus fallos y
tus defectos, al enviar a Cristo a morir por ti. ¿Qué más prueba de amor hacer
falta?
Hay dos versículos que nos sabemos de memoria pero
en los que a veces no nos detenemos a pensar.
Juan 3:16
“Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Romanos 5:8
“Mas Dios
muestra su amor para con nosotros, en
que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros.”
Pon tu nombre en cada uno de los versículos. Hazlos
tuyos. Dios te ama y lo dio todo por ti. El sabe que no eres perfecta. El sabe
que fallas, que te equivocas, que caes… pero aún así te amó de manera tal, que
envió a Cristo a morir por ti y es a través de nuestra relación con Jesucristo
que nosotras podemos experimentar el amor de Dios y ser canales de ese amor
hacia otras personas.
¿Alguna vez has sentido que Dios no te ama por alguna situación difícil que hayas
pasado o por algo que hayas hecho? ¿Hay algún versículo especial que te ayude a
recordar el amor de Dios? Compártelo en un comentario.
Contenta en Su servicio,
Edurne
Comentarios
Publicar un comentario