Cuando sientes que eres un fracaso
“Estando
persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la
perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6
“No nos
cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.”
Gálatas 6:9
A
veces el cansancio o la falta de sueño nos impiden manejar un conflicto.
Especialmente con nuestros hijos. Muy especialmente, si son pequeños. Hablamos
con impaciencia y dureza. Y tenemos que soportar consecuencias innecesarias.
Después, nos damos cuenta de que lo único que hemos hecho ha sido poner peor
las cosas. No estaba siguiendo el ejemplo de Cristo al interactuar con mis
hijos. En lugar de acercarlos a Jesús, los estaba alejando de El por mi
comportamiento.
Hay
días en los que mis fallos como madre me apuntan como un dedo acusador
directamente a mi alma. Me dice que no soy una buena discipula de Jesús, sino
un fracaso…
¿Tienes días en los que sientes que has fallado en
tu caminar con Cristo?
La
Biblia desmonta la mentira de que soy un fracaso. En lugar de eso, me dice que,
mientras aún era una pecadora, Cristo murió por mí (Romanos 5:8) Cuando
tropiezo en mi camino, debo recordarme a mí misma que él llevó cada uno de esos
pecados en la cruz. Su gracia me cubre cada vez que caigo.
No solo eso, la Biblia me dice que el camino a la
santidad ya ha sido pavimentado. La vida de justicia que Jesús vivió ya me ha
sido dada. Sólo debo caminar en ella. El completará la Buena obra que comenzó.
Cristo pagó un alto precio por mí.
Descanso en esa promesa y hallo fortaleza.
En
esos días en los que la carne me vence, El me recoge para que pueda seguir
caminando en el camino de la gracia. Y entonces recuerdo el Amor que murió por
mí. Fue su gracia la que pagó por mí y la que me ayuda a continuar en mi
caminar con El. A pesar de mí misma.
¿Has
sentido Su gracia hoy?
Para
seguir leyendo: Hebreos 4:16, 2 Pedro 1:2, Romanos 5:10
Contenta en Su servicio,
Edurne
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