5 retos para tu vida espiritual

Toma unos minutos para pensar en estas 5 cosas y en cómo pueden afectar tu vida y tu relación con Dios. ¡Te animo a que puedas poner en acción alguno de ellos!

1. Disfruta de Dios más.

Sé consciente de la presencia de Dios en cada cosa grande o pequeña de tu vida. Reconócelo en las cosas que tienes cada día, agradece por lo sencillo y por los milagros que han sucedido en tu vida. Y, deliberadamente, busca siempre el gozo en todas las situaciones.

2. Céntrate en tu vida de oración

La oración toma tiempo. A veces viene de manera fácil pero otras no tanto. Debemos tener la disciplina de centrarnos en nuestra vida de oración. La oración cambia cosas pero, a menudo, nos olvidamos de acercarnos a nuestro Padre celestial. Comienza por algo que puedas manejar, quizás 5 minutos al día en los que puedas orar. Y, después, ve incrementando el tiempo. Cuando más te disciplines en orar, más fácilmente sentirás el deseo de hacerlo.

3. Progresa en una característica del fruto del Espíritu

Gálatas 5:22-23

Mas el fruto del Espíritu es amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza;  contra tales cosas no hay ley.

¿En cuál de estas características del fruto del Espíritu necesitas progresar? Escoge una, busca versículos que hablen de ella y, deliberadamente, ve poniéndola en práctica día a día. No dejes de orar para que el Señor te ayude a desarrollar esa parte específica del fruto del Espíritu... ¡y todas las demás!

4. Deja una actividad que te robe tiempo

¿Cuál es esa actividad que día a día y de manera sistemática te “roba” tiempo de estar con el Señor? La mía... Facebook me temo. Puede ser el internet, la televisión, los juegos, la lectura, un hobby al que dediquemos demasiado tiempo... Piensa en lo beneficioso que sería usar el tiempo que inviertes en una de esas actividades diarias en mejorar tu relación con Dios.

5. Fortalece la iglesia

Sirve. Eres parte del cuerpo de Cristo. Tu iglesia local necesita de tus dones y talentos ¿Qué te gusta hacer? ¿A qué te ha llamado Dios? ¿Qué ministerio o actividad hay en tu iglesia local en la que puedas involucrarte?

Contenta en Su servicio,

Edurne