10 formas de amar a tus hijos





Nuestros hijos son un maravilloso regalo de Dios.

En esas  épocas de la  vida en las que son pequeños o en las que tenemos luchas con ellos (durante la adolescencia, cuando se rebelan o toman malas decisiones aun incluso de adultos) tendemos a olvidar que realmente son un regalo MARAVILLOSO de Dios.


Los hijos llegan como resultado de la bendición de Dios a nuestras vidas. No son inconvenientes ni cargas para nosotros los padres. Debemos tener eso en claro y debemos dejarles eso en claro a nuestros hijos también.

Es más, no solamente les digamos que son una bendición, sino que actuemos conforme a ello.

Hoy te traigo 10 maneras de amar a nuestros hijos del libro Hopeful Parenting: Encourgement for raising kids to love God (Paternidad esperanzada: Ánimo para criar hijos que amen a Dios) de David Jeremiah.






1. Establece límites para sus vidas

 Los límites son básicos a la hora de comunicar amor a nuestros hijos. Son una evidencia tangible de que nos importa qué hacen, cuándo y dónde. Quizás siendo jóvenes no comprendan por qué los límites expresan amor, pero lo harán con el tiempo.

Nuestras reglas y límites son una manera de decirles a nuestros hijos "Te amo demasiado como para dejarte crecer de una manera que no honre a Dios y traiga bendición a tu vida".



2. Disfruta de ellos

Tener hijos no solo es una bendición, ¡también es divertido! Las familias con hijos saben lo que es el cansancio, pero también saben lo que es reír y pasar un buen rato.

Disfrutar con nuestros hijos, reírnos con ellos, jugar con ellos, pasar un buen rato es una de las formas de decirles: "Eres importante", "Es divertido estar contigo" "Dios nos ha dado una familia genial".



3. Muestra tu humanidad ante ellos


Nuestros hijos necesitan escuchar de nosotros cosas como "lo siento", "me equivoqué" cuando cometemos un error, especialmente cuando lo hemos cometido con ellos. Cuando nos equivocamos, comunicamos amor a nuestros hijos al admitir nuestros fallos humanos cara a cara. En el proceso, les enseñamos además cómo actuar cuando crezcan.



4. Explica las razones detrás de tus decisiones. 

"Porque sí" o "porque yo lo digo" son expresiones que no deberían estar presentes en nuestra comunicación con nuestros hijos. Ellos merecen, sobre todo a medida que van creciendo, que los tratemos con el respeto suficiente como para explicarles por qué tomamos decisones que les afectan a ellos, aunque (con explicación y todo) a veces no lo entiendan y, mayormente, no estén de acuerdo. 



5. Intercambia ideas con ellos. 

Nuestros hijos sabrán que son especiales para nosotros cuando nos tomamos el tiempo de hacer un intercambio de ideas con ellos. Cuando los exponemos a una vida intelectual más allá de las rutinas de una casa, verán que los tratamos como personas a las que valoramos.

Debemos tener con ellos conversaciones más allá de la disciplina, la ropa y la comida. Ellos sabrán que los amamos cuando hacemos el esfuerzo de ayudarles a desarrollar sus mentes a través de un intercambio estimulante de ideas. ¿Por qué sucede esto o lo otro? ¿De qué hablanba el libro que estamos leyendo? ¿Qué crees que sucede en tal o cual situación? Planteémosles retos intelectuales y llevemos nuestras conversaciones un poco más allá.



6. Anímalos. 

El compromiso de animar a nuestros hijos puede ser la lección más importante que aprendan. Por medio de nuestro ánimo y aliento, ellos comprenden que estamos en el mismo equipo, en el mismo bando. Ayudémosles a creer en ellos mismos al confiar en que nosotros creemos en ello y en su potencial. No dejemos de buscar oportunidades para animar a nuestros hijos.



7. Ayúdalos a creer que pueden ir más allá de sus sueños. 

Parte de nuestra labor como padres es hacer saber a nuestros hijos que pueden ser mejores de lo que jamás pensaron. Dios nos anima a nosotros a trabajar con excelencia, a hacer todas las cosas "como para el Señor". Inculquemos ese principio también en la vida de nuestros hijos.



8. Expresa físicamente lo que sientes en tu corazón. 

Abrazos, besos, muestras efusivas de cariño, deberían ser parte de nuestra vida diaria sin importar la edad de nuestros hijos. A veces menospreciamos el poder de tocar, de acariciar, de abrazar.

Cuando somos cercanos a nuestros hijos dejándoles ver nuestros sentimientos, cuando expresamos nuestras emociones con abrazos y lágrimas, con besos y risas, ellos disfrutarán de la seguridad de tener padres que los aman y están dispuestros a comunicar su amor de la manera más profunda que conocen.

El único amor que podemos utilizar es el amor que sentimos. No solamente hay que aprender qué es el amor, hay que vivirlo y expresarlo.



9. Examina tu propia vida con regularidad. 

¿Qué puedes hacer para amar a tus hijos y hacerlos sentir amados? Comunicamos amor a nuestros hijos cuando ellos ven que el compromiso que mamá y papá tienen entre ellos y con el Señor es tan profundo que no dejarán que nada afecte a la familia.

Examinemos nuestras vidas y nuestros corazones de manera regular asegurando en el proceso a nuestros hijos una seguridad en la fortaleza del vínculo familiar que no podemos permitirnos que pierdan.



10. Ejercita tu paciencia cada día. 

Se necesita mucha paciencia para ser padres. Dios utiliza las duras experiencias en nuestra vida para capacitarnos para amar a nuestros hijos de una manera que no podría conseguirse de otra forma. Las temporadas difíciles ayudan a unir a la familia. Sabemos que Dios es paciente para con nosotros ¿por qué no vamos a serlo nosotros con nuestros hijos?


Contenta en Su servicio,

Edurne

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Este es el libro del que están sacados los diez puntos del artículo - 

http://www.amazon.es/Hopeful-Parenting-Encouragement-Raising-Kids/dp/1434799891

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