No dejes para mañana...






Si eres lectora habitual de El viaje de una Mujer o te sueles pasar por la página de Facebook, quizás te hayas dado cuenta de que el viernes no hubo artículo ni hubo actividad en la página desde el jueves al mediodía. 


Una vez más me quedé sin señal – lo extraño en realidad es que tenga conexión de fibra óptica en el lugar remoto en el que vivo – y este hecho me hizo pensar en las cosas que no había hecho y que no podía hacer por tener internet: programar las páginas de Facebook, subir de antemano el artículo del viernes, descargar un par de documentos que debía traducir, buscar unas tareas para que mi hijo mayor llevara a la escuela… Cosas que tuve el tiempo para hacer antes de quedarme sin señal, pero que dejé “para mañana”.


Y a mi mente vino un pasaje del libro de Santiago: 


Santiago 4:13-17


¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
                 
En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.
Pero ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala;
y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.



Qué soberbia la nuestra ¿no? El decir “mañana haré esto o lo otro”, “después tengo tiempo para esto”, “la próxima semana voy”… ¿Y si el Señor tiene otros planes? ¿Y si sucede algo que te impide hacer lo que has pensado hacer? 


¿Y si no hay mañana?


Un poco drástico, sí. Pero piénsalo por un momento. No sabemos qué pueda pasar, qué obstáculo se pueda presentar. No sabemos qué día será nuestro último día sobre la tierra. 


Las cosas que yo debía haber hecho y no hice eran cosas pequeñas, sin mayor transcendencia. El mundo no se va a parar porque yo no publique en el blog o porque no responda comentarios en Facebook. 


Pero hay otras cosas que son mucho más importantes que esas y que también postergamos…


…una llamada a un familiar con el que has tenido problemas
…una visita a una persona que te necesita pero no te cae del todo bien
…un gesto de perdón hacia alguien que te ha traicionado
…un tiempo especial con tus hijos sin interrupciones
…una decisión importante
…una caricia atrapada en tu mano por quién sabe qué razón
…un cambio que sabes que necesitas hacer
…una conversación postergada en el tiempo



Tantas y tantas cosas que dejamos para otro momento, para cuando sea más conveniente, para cuando nos venga mejor… y que se convierten en oportunidades perdidas. 


Déjame decirte algo que he ido aprendiendo con los años (este es el año en el que cumplo 40, así que voy a estar un poco más “transcendental” de lo normal): es mejor arrepentirse por algo que se hizo y no salió como esperabas que arrepentirte por algo que tuviste la oportunidad de hacer….y nunca hiciste. 


Si el Señor te está dando hoy la oportunidad de hacer algo en específico, de hablar con una persona en concreto; si el Señor está abriendo hoy la puerta para algo, si te está poniendo hoy en una situación en la que debes tomar una acción, no lo dejes para mañana.


Porque quizás mañana sea tarde. 


¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos;
cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.



Lo único que sabemos con certeza es que nuestros días están contados y que Dios es el único que sabe qué puertas se van a cerrar hoy y no se van a volver a abrir, qué personas van a estar hoy y mañana no, qué oportunidades se van a presentar hoy por última vez. 


y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.


Creo que esta es la parte que más me puso a pensar de todo el pasaje. Si sabes que tienes que hacer algo y lo postergas a propósito, no solamente estás perdiendo una oportunidad, sino que estás pecando. Quizás por flojera al no querer invertir tiempo justo en ese momento para hacer algo que demanda esfuerzo, quizás por orgullo al no querer perdonar a una persona, quizás por falta de confianza en Dios al no querer tomar una decisión. 


Así que, como dice el refrán, “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”. 



Contenta en Su servicio,

Edurne

Comentarios

  1. Gracias por compartir. Como siempre muy util para la vida diaria.

    ResponderEliminar
  2. ¡Bendiciones Raquel! :)

    ResponderEliminar
  3. Hermoso! Dios te bendiga.
    Precisamente mi hermano, me estaba diciendo que quiere hablar conmigo, de eso del tiempo, de que hacer. y le envie la lectura. Me dijo: Muy pero muy lindo. Gracias

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah qué bueno :) me alegro de que haya sido de bendición.

      Eliminar
  4. Gracias Edurne. Me lonvoy a tomar muy en serio. Yo soy de las que lleno la afenda y paso el día diciendo, no puedo, no puedo y dejonlo verdaderamente importante por hacer. Me has ayudado mucho a entender. Bendiciones.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué bueno que te haya servido. Abrazos!

      Eliminar
  5. Gracias Edurne. Me lonvoy a tomar muy en serio. Yo soy de las que lleno la afenda y paso el día diciendo, no puedo, no puedo y dejonlo verdaderamente importante por hacer. Me has ayudado mucho a entender. Bendiciones.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares