Resistiendo al diablo - Santiago 8
Antes de comenzar…
- Puedes descargar estas hojas con los versículos de hoy,
las preguntas de reflexión y espacio para tus notas.
-
Ora para
que el Espíritu Santo hable verdad y sabiduría a tu corazón a través de los
versículos que vamos a estar estudiando
-
Lee
Santiago 4:1-12 varias veces. Anota aquellas palabras, ideas o versículos que
más llamen tu atención y escoge al menos un versículo para memorizar durante la
semana.
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Repasa
los estudios anteriores y asegúrate de que has comprendido e interiorizado
todos los versículos antes de seguir adelante.
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¿De dónde
vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones,
las cuales combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y
ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo
que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para
gastar en vuestros deleites. ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del
mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de Dios.
¿O
pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en
nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios;
resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos
a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros
los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y
llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos
delante del Señor, y él os exaltará. Hermanos, no murmuréis los unos de los
otros.
El que
murmura del hermano y juzga a su hermano, murmura de la ley y juzga a la ley; pero
si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez. Uno solo es el
dador de la ley, que puede salvar y perder; pero tú, ¿quién eres para que
juzgues a otro?
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Salmo 133:1
“¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los
hermanos juntos en armonía!”
Los
hermanos, los creyentes, deberían vivir en amor y armonía… pero creo que todas
hemos visto o sufrido que esto no siempre es así, ni mucho menos. También en la
Escritura podemos ver peleas sonadas entre personas: Abraham y Lot (Gen 13), Absalom
y David (2 Samuel 13-18) o los discípulos (Lucas 9:46-48).
Si
vemos las iglesias primitivas, también en ellas encontramos disensiones y
peleas entre hermanos: Los miembros de la iglesia de Corinto competían unos con
otros e incluso se demandaban judicialmente (1 Corintios 6:1-8; 14; 23-40). Los
creyentes de Galacia se “mordían y comían unos a otros” (Gálatas 5:15). Pablo
tuvo que amonestar a los Efesios para que cultivaran la unidad espiritual
(Efesios 4:1-16). La Biblia está llena de situaciones que nada tienen que ver
con el amor y la armonía fraternal entre cristianos.
Y
estoy segura de que si miramos nuestras propias congregaciones… no vayamos más
allá, si miramos nuestros propios corazones encontraremos, en ocasiones, enojo,
resentimiento, amargura o incluso problemas manifiestos con otro hermano.
Es
muy triste esta guerra entre creyentes. Muy triste y demasiado habitual. No
podemos olvidar que una iglesia es una congregación de pecadores, cada uno con
sus faltas y errores, cada uno con su humanidad aflorando, a veces, sin
control.
Jesús
oraba:
“para que todos sean uno; como tú, oh Padre,
en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo
crea que tú me enviaste” – Juan 17:21
Es
decir que cuando hay peleas o discusiones entre hermanos, eso no solamente
afecta a la iglesia en sí misma, sino también a los creyentes que puedan estar
viéndonos y pensando “¿Esto es ser cristiano?”. Las disensiones entre creyentes
alejan de Cristo a aquellos que tenemos el deber de acercar.
Estas
peleas entre creyentes vienen, en el fondo, de nosotras mismas:
¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre
vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros
miembros?
Nuestras
pasiones, nuestra antigua naturaleza pecaminosa pugna continuamente por tomar
control de nuestro corazón y de nuestra mente.
Para
evitar eso, nuestro tiempo diario con Dios y en Su Palabra es imprescindible.
Cuanto más nos acercamos a Dios, cuanto más tiempo pasamos en oración y
meditación de Su Palabra, mayor control puede ejercer sobre nosotras el
Espíritu Santo.
Démonos
cuenta también de una vez de que el sistema de este mundo en el que vivimos es enemigo
de Dios y contrario a Dios. Cuando nuestras actitudes, palabras y pensamientos
se parecen más a las de una persona inconversa que a las de un creyente…
tenemos un problema.
¿Quién
es el que trabaja en nuestra mente para que nuestra naturaleza pecaminosa salga
a la luz? ¿Quién es el que nos hace desear lo que hay en el mundo en lugar de
en el Señor? ¿Quién está detrás, en última instancia, de esa guerra entre
hermanos?
Satanás.
El enemigo de tu alma. Recuerda que cuando tienes un problema con otro
creyente, con quien lo tienes realmente es con Satanás.
La
mayoría del tiempo no somos conscientes de la guerra espiritual en la que
estamos envueltas. Pero debes tener claro esto: cuanto más quieras orar y
estudiar la Palabra, cuanto más quieras obedecer, cuanto más quieras servir,
cuanto más quieras trabajar en la obra de Dios, cuanto más quieras involucrarte
en la iglesia… más ataques vas a recibir, más intensa va a ser la guerra
espiritual.
¿Y
cuál es el gran pecado de Satanás? ¿El pecado por el que vienen todos los
demás? El orgullo. El creernos más que los demás, el creer que tenemos más
derechos que otros, que somos mejores que otros, que merecemos más que otros.
Santiago es muy claro en ese aspecto:
Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Dios
resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. El Señor quiere que seamos
personas humildes. Dios quiere que dependamos de Él. El diablo quiere que
dependamos de nosotras mismas.
“Uno
de los grandes problemas de nuestras iglesias hoy en día es que hay demasiadas
celebridades y no suficientes siervos. Los creyentes son exaltados de tal
manera por su servicio que se deja muy poco espacio para la gloria de Dios".
– Warren Wiersbe
¿Cómo
podemos resistir al diablo de manera práctica? ¿Cómo nos armamos para pelear la
batalla?
Sometiéndonos a
Dios y a Su voluntad
Acercándonos a
Dios, confesando nuestro pecado y estrechando nuestra relación con Él.
Humillándonos
ante Dios, sometiendo también nuestro corazón, nuestros deseos y anhelos.
Tengamos
claro de una vez por todas de que nuestra amistad con el mundo es enemistad
contra Dios, que no podemos seguir dando rienda suelta a nuestras pasiones, a
nuestra naturaleza pecaminosa, y tampoco podemos dejar que el Diablo tome
control sobre nuestra mente y nuestro corazón.
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Preguntas de Reflexión:
1. ¿Qué tipo de peleas hemos visto en los capítulos
anteriores de Santiago que tenían los creyentes a los que escribe?
2. ¿Por qué los creyentes luchan unos contra otros?
3. ¿Por qué la “guerra” entre creyentes es particularmente
triste? (Juan 13:34-35).
4. ¿Cuál es la diferencia entre la forma de juzgar
que encontramos en Mateo 7:15-20 y la forma de juzgar descrita en Santiago
4.11-12?
5. ¿Consideras que el orgullo es un pecado
peligroso? ¿Por qué?
6. ¿Qué tres fuerzas que influyen sobre nosotras
son enemigas de Dios?
7. ¿Por qué crees que a veces es fácil para el
creyente tener amistar con Dios?
8. ¿Cómo podemos resistir al diablo?
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Al terminar el estudio:
-
Revisa tus notas sobre lo que has aprendido en el estudio de hoy. ¿De qué
manera puedes aplicarlas a tu vida?
- ¿Tienes algún problema con
algún hermano? ¿Hay algo en tu corazón contra otro creyente? Haz un análisis
profundo de tu corazón y desecha cualquier cosa que tengas contra alguien más.
Ora para que el Señor te ayude a estar cada día más cerca de Él y ponte manos a
la obra: da prioridad a tu tiempo devocional de oración y de meditación en la
Palabra de Dios.
Contenta en Su servicio,
Edurne
La próxima semana - Planes – Santiago 4:13-17
*****Los estudios que quedan para terminar el estudio de Santiago saldrá el MARTES y el MIERCOLES en las próximas dos semanas. Estoy preparando un proyecto especial para el próximo mes ;)
Anteriormente en la serie
-
muchas gracias por estos estudios en estos momentos me encuentro tan alejada de Dios que me han servido mucho y los compartire con alguien que se tambien le ayudaran gracias Edurme Dios te siga bendiciendo
ResponderEliminarQué bueno que sean de ayuda! Animo y adelante!! un abrazo :)
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