Mujer virtuosa – Temerosa de Dios
Proverbios 31:30
“Engañosa
es la gracia, y vana la hermosura;
La
mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.”
Ya
hemos visto que esta mujer virtuosa de Proverbios 31 se dedica a “vestirse
bien” no solo en lo exterior, sino también en lo interior. El versículo de hoy
da otra característica más de una mujer virtuosa: el temor de Dios. Y lo
contrapone, precisamente, con la belleza temporal.
La
reverencia en el corazón de una mujer, es, sin duda, una de las cualidades más
hermosas que puede tener. Quizás nuestro ideal de belleza no coincide con el de
Dios. Tal vez tenemos todavía la idea de que son las cualidades externas las
que nos hacen bellas.
El
exterior nos hace bellas ante los ojos de los hombres… pero no es así ante los
ojos de Dios.
Isaías 55:8-9
“Porque mis
pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos,
dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos
más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros
pensamientos.”
Los
pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos; Sus caminos no son nuestros
caminos; Sus pensamientos no son nuestros pensamientos... Y Su belleza no es
nuestra belleza.
Cuando
esta madre que declama este poema a su hijo, el rey Lemuel, sobre el tipo de mujer
que debe buscar como esposa, le deja muy claro que lo de fuera es efímero: la
gracia es engañosa y la belleza vana; pero lo de dentro es eterno.
La
gracia, el encanto, es engañoso porque se puede fingir. Una persona puede
pretender ser quien no es. Eso es lo que vemos muchas veces en redes sociales:
compartimos un perfil “edulcorado” de quiénes somos. ¿Cuántas veces has
publicado en Facebook o en Istagram una foto que refleje una discusión con tus
hijos o con tu esposo? ¿Una foto con algún defecto, con algún rasgo de tu
carácter que debes cambiar? ¿Un video contigo gritando o en una discusión
acalorada? No son esas el tipo de cosas que compartimos, ¿cierto?
Precisamente
a eso se refiere este versículo. El encanto, la personalidad se pueden fingir
por más o menos tiempo. La belleza exterior se puede “ayudar”, nosotras las
mujeres sabemos cómo usar ropa que nos favorece, cómo peinarnos, cómo
maquillarnos… Pero, el temor de Dios, un corazón volcado hacia Dios ¿se puede
fingir? Pues no por mucho tiempo. Lo que somos siempre termina por salir…
“…de la abundancia del
corazón habla la boca”
Lucas 6:45
Proverbios
31:30 nos da la fuente de donde salen el resto de características que hemos
estado viendo durante este mes: su reverencia y temor de Dios son su motor para
todo lo demás. El esfuerzo, la preocupación por su familia y por otros, la
sabiduría con la que habla, sus ganas de trabajar, su obediencia… surgen de un
corazón entregado al Señor.
Una
mujer virtuosa es una mujer que ama al Señor, que tiene temor de Dios, que ama
Su Palabra y que está comprometida con vivir de acuerdo a ella. Una mujer virtuosa
es una mujer que no tiene que fingir quién es. Es una mujer que sabe que no es
su cara, su forma de cuerpo, su ropa, su casa o el carro que conduce lo que la
hace bella. Es una mujer que busca agradar a Dios primero y a los hombres
después, y no al revés.
Para pensar: ¿Qué
alabanza estás buscando? ¿La de los hombres? ¿La de las personas que te rodean:
tu familia, tus amigas, tus compañeros de trabajo…? ¿O la de Dios?
Todo
lo que haces, lo que eres, lo que dices, debe irradiar la belleza de Dios, la
presencia de Su Espíritu Santo en ti. ¿Es así? ¿Ven a Cristo en ti las demás
personas? ¿Ven tu belleza eterna, la de un corazón que teme a Dios?
La
belleza verdadera está reservada para aquella mujer que cree en Dios y camina
fielmente en Sus caminos. ¿Eres bella ante los ojos de Dios? ¿Cómo puedes serlo?
No
hay mejor tratamiento de belleza que una relación vibrante con Dios a través de
Su Hijo Jesucristo. Tu fe viva en Él es la clave de tu verdadera belleza.
Contenta en Su servicio,
Edurne
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Esta belleza se obtiene tomando nuestra cruz cada día siguiendo al Señor,negandonos a nosotras mismas y viviendo para El. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23
ResponderEliminarEsta belleza se obtiene tomando nuestra cruz cada día siguiendo al Señor,negandonos a nosotras mismas y viviendo para El. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Colosenses 3:23
ResponderEliminarAmén! bendiciones =)
EliminarMuy edificante!
ResponderEliminarGracias!!
EliminarMuchas gracias por este estudio de la mujer virtuosa, es muy bonito, muy edificante, Dios te bendiga grandemente por tu hermoso ministerio,y espero no te moleste, pero compartí estos estudios con algunas hermanas, muchas muchas gracias
ResponderEliminarMuchas gracias Ileana! Y gracias por compartir con otras también! un abrazo enorme :)
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