¿Oración o chisme?





¿Cuántas veces no hemos escuchado algo como… “vamos a orar por Fulanita, ¡no sabes lo que le pasó a su hija!”? Seguido de un relato pormenorizado, a color, con subtítulos y con todo lujo de detalle del problema por el que está pasando la hija de Fulanita.

Y la supuesta oración se convierte entonces en un chisme que sirve para ir regando el problema y la situación. En lugar de ayudar y apoyar a la persona por la que se está orando, la supuesta oración se convierte en un chisme malicioso.


Entre otras cosas el chisme hace daño porque:

- Es pecado (Romanos 1:29; 2 Corintios 12:20; 1 Timoteo 5:13). Tan solo con esta debería ser suficiente ¿cierto?

- Divide – hablar sobre otros a sus espaldas nunca podrá promover unidad. 

- Suele ser engañoso – a la historia inicial se le van añadiendo detalles, impresiones e ideas propias según va pasando de boca en boca 

- Afecta a otros – sea cierto o sea falso, la iglesia está para apoyar a un hermano, no para regar sus miserias, que, por cierto, todas tenemos en abundancia.



¿Cuál es la diferencia entonces? ¿Cómo separamos el mero chisme de la preocupación genuina por otra persona y el deseo de orar por lo que esté pasando? 


1. Las personas que quieren orar por otros no dan ni piden los detalles. Los chismosos sí. Las personas que genuinamente quieren orar por otro no piensan en los detalles, saben que Dios conoce toda la historia y que eso es suficiente. Los chismosos, por otro lado, se deleitan en los detalles.


2. Las personas que quieren orar por otros se duelen por el sufrimiento que escuchan. Los chismosos se deleitan de tener conocimiento del sufrimiento de otros.


3. Las personas que quieren orar por otros lo hacen de inmediato por la situación que se les plantea. Los chismosos tan solo dicen que orarán sin que tengamos indicación alguna de que lo hagan.


4. Las personas que quieren orar por otros oran ellas solas sin involucrar a más. Los chismosos siguen buscando a quién más compartirle la “petición de oración”. 


5. Las personas que quieren orar por otros viven en el presente y en el futuro. Los chismosos se aferran al pasado. Los que oran de manera genuina lo hacen pensando en las maravillas que Dios hará mañana en esa situación. Los chismosos se aferran a las historias truculentas del pasado de las personas sin que les importe cómo Dios va a obrar.


6. Las personas que quieren orar por otros son conscientes de su propio pecado. Los chismosos tan solo ven el pecado en otras personas, no en ellos mismos.



Si eres de las que te gusta hablar, deja de hacerlo. Si eres de las que te gusta escuchar, deja de hacerlo. ¿Has escuchado alguna vez el refrán que dice “dos no pelean si uno no quiere”? Pues adaptémoslo también al chisme: “dos no chismean si uno no quiere”.

Preocúpate por lo que les sucede a otros de manera genuina. Ora por lo que les pasa a las demás personas y haz oídos sordos de los chismes que lo único que hacen es destruir.


¿Te has encontrado con personas así en tu vida? ¿Cómo has reaccionado?

Contenta en Su servicio,

Edurne




Comentarios

  1. Muy bueno Edurne, gracias por tus consejos sabios para saber diferenciar ese tema. Bendiciones

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