Cuando la palabra “fácil” no es parte de tu vida
Déjame decirte algo así
entre tú y yo y sin que se entere nadie: qué harta estoy a veces de que todo
tenga que ser tan difícil.
Estas semanas han sido
así para nosotros. Bueno, en realidad desde siempre ha sido así, pero aún más
últimamente.
En las épocas difíciles
paso casi siempre por las mismas fases:
1. Incredulidad… “No me puedo creer que
esto esté pasando” o “No puede ser”
2. Cuestionamiento… “¿En serio, Señor?” o “¿ahora
Señor?”
3. Rabia… aquí es donde sale la vena
dramática que me ha acompañado durante toda mi vida “¿por qué a mí?” o “¿por
qué tiene que ser todo tan fácil para otros?”
4. Aceptación… “está bien, Señor” o “no lo
entiendo, Señor, pero ayúdame”
No
sé cómo tú te enfrentas a esas épocas duras, pero mi proceso mental es más o
menos ese. A veces las fases 1-3 duran demasiado, lo reconozco, y paso días
enojada, abrumada y frustrada. Las situaciones serían mucho más llevaderas si
la fase 4 no fuera la última…. Pero ¿qué te puedo decir? No puedo evitar pasar
por las otras 3.
Hay
algunas cosas, sin embargo, que podemos recordar y que nos ayudan en medio de
los problemas y las dificultades y que nos permiten llegar a la aceptación y a
la obediencia con mayor rapidez:
Recordar que no puedes controlarlo todo
No
podemos controlar lo que nos pasa, pero sí cómo escogemos responder a lo que
nos sucede sabiendo que el Dios que lo ha permitido sí puede controlarlo todo.
Job 12:8-9, 23
¿Qué cosa de todas estas no
entiende
Que la mano de Jehová la hizo?
Que la mano de Jehová la hizo?
En su
mano está el alma de todo viviente,
Y el hálito de todo el género humano
Y el hálito de todo el género humano
El
multiplica las naciones, y él las destruye;
Esparce a las naciones, y las vuelve a reunir.
Esparce a las naciones, y las vuelve a reunir.
Recordar que todo lo que sucede tiene un propósito
divino
Cualquier
dificultad en la vida, grande o pequeña, es algo que Dios va a usar para
producir fortaleza, fe y perseverancia en nuestra vida. Todo lo que sucede
tiene un propósito y una razón aunque no seamos capaces de comprenderlo.
Romanos 8:28
“Y sabemos que
a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que
conforme a su propósito son llamados.”
Recordar que el tiempo
de Dios es perfecto
Soy impaciente, lo reconozco. No me gusta
esperar por nada y esa es una de las causas que me hacen desesperarme. Recordar
que Dios siempre hace las cosas en Su tiempo y que ese tiempo siempre es
perfecto, nos debe ayudar a superar la espera y a confiar en el Señor.
Eclesiastés
3:11
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha
puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender
la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.”
Espero
que recordar estas tres cosas te ayude a fortalecerte en aquello que sea que
estás pasando.
Contenta en Su servicio,
Edurne
WOW gracias por este mensaje si me fortaleció en estos momentos de angustia por la situación en que se esta presentando ha cerca de los inmigrantes
ResponderEliminarJusto a tiempo. Amen
ResponderEliminarDios te bendiga querida Edurne, este mensaje me llegó justo en el momento preciso, muchas gracias por compartir
ResponderEliminarMe encanta tu blog. Me siento muy identificada la verdad que si, gracias por tus pautas y resaltar sobre todo que necesitamos orar sin cesar, creo que ahí está el mayor de los secretos para superar cualquier cosa. Todas, hemos oído testimonios de esas madres que de rodillas enfrentan todo. Gracias nuevamente Edurne, un abrazo
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