La base de nuestra fe
Si vas a Pinterest o a
Google a buscar artículos relacionados con la Semana Santa, te vas a encontrar
con un montón de huevos de Pascua, conejitos, recetas de cocina… y con muy poca Biblia.
Y, personalmente, me
parece un poco triste. Porque la mayoría de esas páginas son cristianas. Creo
que sustituir la muerte y resurrección de Jesucristo por un conejito de Pascua
es minimizar la importancia de los sucesos que relata la Escritura. Mi problema
no es tanto que exista la tradición de los conejos o los huevos de Pascua (cada
uno celebra como quiere), sino que la Biblia esté tan ausente en muchos de los
contenidos que encontramos en la red.
La muerte y la
resurrección de Jesucristo son la base de nuestra fe. Es el fundamento de lo
que creemos.
En el núcleo del
evangelio hay cosas que sucedieron,
eventos verdaderos, reales e históricos. El evangelio no es un
asunto de opiniones religiosas, trivialidades, o cuentos de hadas, sino que
trata sobre eventos históricos reales registrados por distintas fuentes.
1
Corintios 15:3-4
“3 Porque primeramente os he enseñado lo que
asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las
Escrituras;
4 y que fue sepultado, y que
resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;”
Cristo murió
La muerte de
Jesucristo, el Mesías, el Hijo de Dios, el centro del evangelio. El
gobierno romano lo ejecutó, por medio de una de las más crueles y atroces formas
de pena capital jamás concebidas, crucifixión.
Pero Jesús no solamente
murió, Él murió por nuestros pecados. En algún punto antes que Él muriera,
antes que el velo se partiera en dos, antes que dijera consumado es, tuvo lugar una
asombrosa transacción espiritual – el Padre puso sobre Jesús toda la culpa e
ira que nuestro pecado merecía sobre, y Él la llevó sobre Sí mismo
perfectamente, satisfaciendo por completo la ira de Dios por nosotros.
Fue sepultado
Nosotros a menudo no
pensamos en la sepultura de Jesús como parte del Evangelio, pero lo es. La
sepultura de Jesús es importante por muchas razones. Es una prueba
positiva de que Él realmente murió, ya que tú no entierras a alguien a menos
que en realidad esté muerto, y la muerte de Jesús fue confirmada en la cruz
antes que Él fuera bajado para ser sepultado (Juan 19:31-37). La sepultura
de Jesús también es importante porque cumplió las escrituras que dijeron, Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas
con los ricos fue en su muerte (Isaías 53:9). Jesús fue
sepultado en la tumba de un hombre rico (Mateo 27:57-60).
Y resucitó
A pesar de que Jesús
cargó toda la ira de Dios en la cruz, como si Él fuera un pecador culpable, culpable de todo nuestro pecado, incluso hecho
pecado por nosotros (2 Corintios 5:21), Él mismo no se convirtió en un
pecador. Incluso el acto de tomar nuestro pecado fue un acto santo de dar
amor por nosotros – para que Jesús mismo no se convirtiera en pecador, aunque
Él cargó la culpa entera de
nuestro pecado. ¡Este es el mensaje del evangelio! Que Jesús tomó
nuestro castigo por el pecado en la cruz, y permaneció cono un Salvador
perfecto a lo largo de toda la prueba – probado por medio de Su resurrección.
Conforme a las Escrituras
La obra de Jesús por
nosotros no solo llegó de la nada; fue planeada desde toda la eternidad y
descrita proféticamente en las Escrituras. El plan para Su muerte está descrito
en lugares como Salmos 22 e Isaías 53. El plan para Su resurrección es descrito
en lugares como Oseas 6:2, Jonás 1:17, Salmos 16:10, al igual que el escenario
en Génesis 22, donde Isaac, como un tipo de Cristo, es “levantado” en el tercer
día de su viaje, al principio del cual Abraham había considerado a su hijo
muerto.
1
Corintios 15:14
“si
Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también
vuestra fe.”
Si no hay resurrección,
entonces Jesús no resucitó, y Pablo y los otros apóstoles han estado predicando en vano. No hay un Jesús
real, resucitado a quien ellos están sirviendo.
Si no
hay resurrección, entonces somos hallados falsos testigos de Dios. Si no hay
principio de resurrección, y si Jesús no resucitó de los muertos, entonces los
apóstoles son mentirosos.
Si no hay resurrección,
entonces Jesús no se levantó de los muertos. Si Jesús no se levantó de los
muertos, entonces la muerte tiene poder sobre Él y lo ha derrotado. Si la
muerte tiene poder sobre Jesús, Él no es Dios. Si Jesús no es Dios, Él no
puede ofrecer un sacrificio completo por nuestros pecados. Si Jesús no
puede ofrecer un sacrificio completo por los pecados, mis pecados no están del
todo pagados delante de Dios. Si mis pecados no están completamente
pagados delante de Dios, entonces ¡aún estoy en mis pecados! Si Jesús no
fue levantado, Él es incapaz de salvar.
¿Nos damos cuenta de la
importancia de la resurrección? ¿Realmente damos a la muerte y a la
resurrección de Cristo el valor que tiene? O, ¿estamos tan acostumbradas a la “jerga”
cristiana, a estas ideas, que ya no le damos importancia y pasamos por alto que
es crucial para nosotras, que es la base sobre la que se sustenta nuestra fe y
todo lo que creemos?
1 Corintios 15:21-22
“21 Porque por cuanto
la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de los
muertos.
22
Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.”
La
muerte entró por un hombre. La resurrección de los muertos entró por un hombre.
Y,
para mí, eso es mucho más que huevos o conejitos de Pascua. Es mucho más que
recetas de cocina y decoraciones. Es la base de lo que creo. Es la seguridad de
la vida eterna. Es lo que da sentido a todo lo demás.
Contenta en Su servicio,
Edurne
Hola me lo podrías pasar a este artículo a mi correo me gustó mucho . Y desearía compartirlo.andcervantes@hotmail.com
ResponderEliminarMuy buen articulo Edurne. Es maravilloso e inspirador leerte. Muchas gracias por compartir y enseñarme tanto.
ResponderEliminarGracias!!!
Me encantó este artículo querida hermana, muy bueno para despertar a los creyentes, es tiempo de despertar ya... Un abrazo
ResponderEliminar