Amar bien (3)
Durante esta semana voy a
estar hablándote sobre el amor y animándote a amar bien a las personas a tu
alrededor. Es un tema muy amplio para un solo artículo, así que lo dividiré en
varias partes. ¡Espero que lo disfrutes!
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En los dos primeros
días de esta mini serie hemos visto los cuatro tipos de amor que aparecen en la
Biblia y, en especial, el amor agape. Y hemos visto también la importancia del
amor y su supremacía sobre todo lo demás.
Hoy vamos a prestar
atención a la descripción detallada que el apóstol Pablo hace sobre el amor en
1 Corintios 13:4-7.
El amor es
sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se
envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor;
no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo
cree, todo lo espera, todo lo soporta.
Pablo describe el amor
por medio de acciones, no por medio de conceptos vacíos. El apóstol no escribe
sobre cómo el amor “se siente” sino cómo debemos ponerlo en acción.
El amor agape es…
Sufrido
– “largo de ánimo”. Esta palabra se utiliza para describir a alguien a quien se
le ha hecho algo malo y que, teniendo el poder de vengarse, no lo hace por
misericordia y paciencia hacia la otra persona.
2 Pedro 3:9 - El Señor no retarda su promesa, según
algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no
queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Ese “es paciente” en el
versículo de 2 Pedro es el mismo concepto de “sufrido”. Tiene paciencia con respecto
a los demás.
Benigno
– busca el bien de los demás por medio de pequeños actos de bondad. La palabra
significa literalmente que “está lleno de servicio a otros”.
No tiene envidia
– La envida es una de las cosas menos productivas y un pecado dañino. La
envidia mató a Abel, la envidia puso a José como esclavo. El amor no se
resiente cuando alguien es promovido o bendecido, sino que se alegra por la
otra persona.
Romanos 12:15 “Gozaos con los que se gozan; llorad con los
que lloran.”
No es jactancioso
– En el original significa que “no se hace un desfile”. El amor en acción
trabaja en el anonimato. No necesita tener un foco o una cámara ni publicar
todo lo bueno que hace en redes sociales. Sabe que el verdadero reconocimiento
viene de Dios.
No se envanece
– No es arrogante ni se centra en sí mismo, sino que se centra en las
necesidades de los demás. No se vanagloria, no tiene orgullo de su propio
valer.
No hace nada indebido
– No actúa de manera impropia o poco honrosa. Un cristiano debe saber cómo
comportarse en cualquier situación y hacerlo siempre de manera que honre a
Dios.
No busca lo suyo
– Sabe que el bien común repercute en nuestra propia vida. Pone a los demás por
encima de sí mismo.
Filipenses 2:3-4 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria;
antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él
mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de
los otros.”
No se irrita
– “No es provocado con facilidad”. Es muy fácil provocarnos a ira o irritarnos.
Eso fue lo que le pasó a Moisés: su irritación con el pueblo de Israel provocó
que no entrara en la tierra prometida (Números 20:2-11)
No guarda rencor
– No guarda en la memoria el mal que ha recibido no guarda un registro de las
faltas cometidas contra él. Pone a un lado el daño el daño en lugar de
aferrarse a él.
No se goza de la
injusticia mas se goza de la verdad – No acepta
la violación de los estándares de Dios ni de Su justicia. Dice la verdad aunque
duela y no permite actos injustos hacia otras personas.
Todo
– cada cosa por completo.
Lo sufre –
lo cubre, en el mismo sentido de 1 Pedro 4:8 “el amor cubrirá multitud de
pecados”. Cuando el amor abunda en la comunión de cristianos muchas ofensas
pequeñas e incluso las grandes se perdonarán y se olvidarán. Pero cuando el
amor falta, cada palabra es vista como una sospecha, cada acción está sujeta a
un malentendido y hay conflicto.
Lo cree
– Escoge no pensar lo malo sobre los demás, no cae en chismes ni calumnias.
Lo espera
– Tiene confianza en el futuro. Espera lo mejor porque espera en Dios.
Lo soporta
– aguanta el peso de la prueba, las malas épocas y los malentendidos. No se
rinde nunca. Destruye a los enemigos convirtiéndolos en amigos.
La manera en la que
amamos a otros y ponemos en práctica nuestro amor agape es una muestra de
nuestra madurez espiritual. ¿Es así como estamos amando? ¿Es esa la clase de
amor que los demás están viendo en nosotras y que les hace acercarse más a
Cristo?
Examinemos nuestro
corazón y seamos mujeres que practican esta clase de amor.
Contenta
en Su servicio,
Edurne
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muy linda enseñanza,el amor cubrirá multitud de pecados.
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