El poder de la mente




Es importante que comprendas que tu mente es el lugar en el que tiene lugar la batalla entre lo espiritual y lo carnal. Es en tu mente que comienza tu victoria (o derrota) sobre los deseos de la carne.
            En Romanos 7:14-19 Pablo dice:
            Porque sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido al pecado. Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago.”

            Como somos humanos, mientras estemos en esta tierra, nuestra naturaleza pecaminosa va a dar cabida al pecado. Estamos en medio de una guerra que tiene lugar en nuestro interior, en nuestras mentes, cuerpos y almas. 
            Pablo sigue diciendo en los versículos 20-25:
            Y si hago lo que no quiero, ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del pecado.

            En estos versículos Pablo intenta definir las fuerzas opuestas que operan en su interior. El se da cuenta de que la ley de Dios debe ser lo que domine su mente, dándose cuenta de que lo que domina tu mente, domina tu vida. O dicho de otra forma: para poder cambiar tu forma de vivir, debes cambiar tu forma de pensar.
            Diariamente tienes el poder de escoger entre la vida y la mente:
            Romanos 8:6
            Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
            Pablo sigue advirtiéndonos de que siempre va a tener lugar una lucha, de que nuestra mente va a batallar entre seguir la voluntad de Dios o la voluntad de la carne.
            Es tu responsabilidad, a través del poder de Dios en ti tomar control de tus pensamientos y aprender a llevarlos en obediencia a Cristo de forma que sean de acuerdo a Su voluntad.
            Proverbios 4:23 dice:
            Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.”

            “Guardar” significa mantener bajo protección. Debes guardar tu mente y tu corazón como un guardián que vigila una puerta y debes monitorear cuidadosamente cuáles son las cosas que están en tu mente.
            ¿Qué puedes hacer, entonces, para ganar la batalla de tus pensamientos?

            1. Renueva tu mente - Romanos 12:2
            No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta

            2. Lleva tus pensamientos cautivos a la obediencia de Cristo – 2 Corintios 10:5
            derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo

            3. Piensa solo en lo que debes pensar – Filipenses 4:8
            Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.”

            4. Llénate tu mente con la Palabra de Dios – 1 Juan 2:14
            Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno

            5. No des cabida al enemigo – Santiago 4:7
            Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.


            ¿Qué es lo que te hace falta a ti personalmente para ganar la batalla que hay en tu mente? Ponte manos a la obra ¡HOY! ¿Sabes cuál es la buena noticia? ¡Estás del lado de la victoria!



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