Gracia







            Gracia: recibir lo que no merecemos

            Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”

            No por nosotros, ni por medio de nosotros, ni de nosotros.
            No podemos ganarnos la gracia. No merecemos la gracia. Es un don de Dios.
            Y aun así, aunque hemos sido objeto de gracia infinita, la demandamos de acuerdo a nuestras necesidades y resistimos dársela a otros.

            El lugar en el que más sucede eso es en la iglesia.
            El sermón del pastor no fue tan bueno como yo esperaba
            El director de la alabanza se confundió de estrofa
            El maestro de escuela dominical está distraído y la clase no es muy buena.
            Fulanita no me saludó
            Menganita me miró raro
            ¿Y si supieras que el pastor estuvo en el hospital toda la noche confotando a un enfermo?
            ¿Y si supieras que el director de la alabanza recibió una mala noticia justo antes del srvicio?
            ¿Y si supieras que el maestro de Escuela Dominical ha perdido su trabajo y está luchando con su fe?
            ¿Y si Fulanita no te saludó porque estaba hablando con una mujer que vino a la iglesia por primera vez?
            ¿Y si Menganita no te estaba mirando a ti sino a la mujer que estaba a tu lado, que recién enviudó?
            ¿Haría eso una diferencia?
            Pues déjame decirte que no debería...

            Que podamos dar gracia a otros no debería ser algo basado en nuestros sentimientos o en la comprensión de una situación. Debemos dar gracia PORQUE HEMOS RECIBIDO GRACIA.
            Sobre todo en la iglesia, que no es un edificio, sino un grupo de personas que forman un cuerpo.
            Juan 13:34-35 “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”

            El amor da gracia infinta...

            ...con palabras
            Colosenses 4:6 “Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.”

            ...para prevenir conflictos
            Hebreos 12:15 “Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;”

            ...en el servicio
            1 Pedro 4:10 “Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios

            ¿Estoy diciendo que va a ser fácil? ¡No! De hecho, a veces es muy duro dar gracia. Dar gracia requiere darle prioridad a otros sobre uno mismo. Es olvidarse de nuestras expectativas y centrarnos en ayudar a los demás. ¡Es tan fácil juzgar y tan difícil ayudar!
            Te desafío a dar gracia en tu iglesia. Al pastor, a los líderes, maestros... a cada persona.
            Da gracia, no porque los demás la merezcan...sino porque tú no la merecías tampoco.



Comentarios

Entradas populares