Deléitate en el Señor
Salmo 37:4
“Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las
peticiones de tu corazón”
La mayoría de nosotras interpretamos
mal este versículo. A veces creemos que si nos deleitamos en el Señor,
toooooodos nuestros deseos y tooooooodo aquello que queremos nos será dado. Tomamos
una actitud egoísta en la que todo trata sobre nosotras: sólo con deleitarme en
el Señor, obtendré todos y cada uno de mis deseos.
Lo que este versículo está diciendo en
realidad es que Dios va a poner Sus deseos en nosotras. Él nos va a dar los
deseos, haciendo que lo que nosotras queremos sea exactamente lo mismo que El
quiere. El pondrá Sus deseos en tu corazón.
Deleitarse es tener placer en algo,
obtener gozo o satisfacción de algo. ¿Cómo me deleito en el Señor? Debo pasar
tiempo en Su Palabra, reconocerlo en cada segundo de mi día, pasar tiempo a
solas con Él en oración. Cuando tenemos una relación profunda con Dios,
abundamos en Él, en el conocimiento de Él, vemos cómo nuestros deseos cambian.
Llega un momento en el que comenzamos a
orar menos por nuestras necesidades y más por Sus deseos. Después de todo, Él
conoce lo que necesitamos antes de que se lo pidamos (Mateo 6:8). Nuestras
oraciones son contestadas porque pedimos de acuerdo a Su voluntad (1 Juan
5:14-15). Comenzamos a orar para que
Dios nos cambie, nos haga más como Jesús. Llega un momento en el que comenzamos
a ver con Sus ojos, escuchar con Sus oídos, dolernos con lo que a Dios le
duele.
¿Qué es lo que más deseas hoy? ¿Qué es
aquello por lo que oras todos los días? Te animo a que busques un tiempo cada
día sólo para ti y Jesús, para que te deleites en El, llegues a conocerlo a
través de Su Palabra y disfrutes de Su presencia. Haz esto de forma consistente
y verás como los deseos de tu corazón cada vez van pareciéndose más al designio
de Dios para tu vida.
Deléitate en el Señor.
Observa cómo Dios cambia tus deseos.
Disfruta tu vida transformada.
Contenta en Su servicio,
Edurne
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