¿Hasta cuándo?
Habacuc 1:2
“¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás?”
Habacuc es uno de los profetas
menores, cuyo libro encontramos en la parte final del Antiguo Testamento. No conocemos
mucho sobre él, excepto su nombre y su profesión. Este libro fue escrito en un
momento de crisis y corrupción en el que Habacuc se pregunta continuamente por
qué Dios no intervenía para hacer algo.
Babilonia estaba creciendo al mismo
ritmo que la decadencia moral de Judá. En este libro, Habacuc pregunta
continuamente “Dios, ¿acaso no ves lo que está pasando? ¿No estás viendo lo que
esta gente está haciendo? ¿No ves que estas personas no te buscan a ti, sino su
propio deleite? ¿Por qué no haces nada?”
Vemos a un profeta muy enojado,
rabioso, ¡fúrico! Y vemos a un Padre amoroso dando respuestas a Habacuc, dando
explicaciones que no tenía ninguna obligación de dar.
Hoy en día estamos viviendo en
nuestros países, en nuestras iglesias, en nuestras vidas, en nuestros trabajos,
cosas que no comprendemos. Algunas de ellas son tan terribles, tan injustas y
tan evidentes a nuestros ojos, que nos preguntamos lo mismo que Habacuc “Señor,
¿no estás viendo? ¿Por qué no intervienes?”.
El libro de Habacuc nos da 3 cosas que
podemos hacer para superar nuestros “por qués” y caminar en fe y en victoria:
Ten paciencia
Habacuc 2:2-3
“Y Jehová me respondió, y dijo:
Escribe la visión, y declárala en
tablas, para que corra el que leyere en
ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá;
aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.”
Nuestro tiempo no es el tiempo de
Dios. Para Dios un día es como mil años,
y mil años como un día (2 Pedro 3:8). Tenemos que aprender a esperar sin
desesperar. Aunque haya situaciones que para nosotras sean demasiado
prolongadas en el tiempo, nunca podemos olvidar que el tiempo perfecto es el
tiempo de Dios, no el nuestro.
La Palabra de Dios está llena de promesas. A veces, el
cumplimiento de esas promesas parece estar retrasada, pero sucederán de acuerdo
a Su plan perfecto. No dejes de hacer lo correcto una y otra vez aunque, en
apariencia, no veas cambios en personas o circunstancias, ni recompensas ni
bendiciones. Ten paciencia, Dios obrará en el momento adecuado.
No te quejes
Habacuc 2:20
“Mas Jehová está en su santo templo;
calle delante de él toda la tierra.”
“Calle” es la palabra hebrea “hasah”
que significa estar en quietud. Dios no es insensible ni indiferente. El está
totalmente en control. Dios le dice a Habacuc que esté tranquilo y en silencio,
en espera a Su intervención. Dios sabe y actuará como y cuando deba hacerlo.
Confía
Habacuc 3:17-18
“Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los labrados
no den mantenimiento,
Y las ovejas sean quitadas de la
majada,
Y no haya vacas en los corrales;
Con todo, yo me alegraré en Jehová,
Y me gozaré en el Dios de mi
salvación.”
Esta fue la respuesta de Habacuc al
Señor. Dios le hizo saber al profeta que El estaba en control, que podía
confiar en Él. Habacuc expresó su confianza en el Padre diciéndole que pasara
lo que pasara, confiaría.
En la más adversas circunstancias,
cuando no había ninguna señal de que las cosas iban a mejorar, El estaba
preparado para confiar en Dios. Esa es la clave de Habacuc: sabía que los
tiempos malos iban a llegar, sabía que vivía rodeado de injusticias, maldad y
pecado y se preparó para esperar en Dios. Su paz y su gozo no dependían de sus
circunstancias externas.
El gozo y la paz se encuentran en la
persona de Jesucristo. Puedes esperar a que Dios actúe de la mejor forma y en
Su tiempo perfecto cuando tienes una relación íntima y personal con Jesús.
Sé paciente. Espera en silencio.
Confía.
Habacuc comenzó a escribir su libro
deprimido y desanimado. Todo lo que podía ver eran sus problemas. Pero Habacuc
derramó su corazón a Dios y El respondió. De la misma forma, Dios va a
responderte a ti. Quizás no cuando tú quieras o del modo en el que te gustaría,
pero va a responder.
Contenta en Su servicio,
Edurne
ay Edurne, me acabas de dar la respuesta a muchas cosas! :( Dios te bendiga hermosa! Jess Morgan
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