Ver a Dios
Números 26: 63-65
“Estos son los
contados por Moisés y el sacerdote Eleazar,
los cuales contaron los hijos de Israel en los campos de Moab, junto al Jordán frente a Jericó. Y entre
éstos ninguno hubo de los contados por Moisés y el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el
desierto de Sinaí. Porque Jehová había dicho de ellos: Morirán en el desierto; y no quedó varón de ellos, sino Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.”
Cuando
Israel fue contado en el desierto del Sinaí, meses después de dejar Egipto,
había 603.550 hombres de más de veinte años que podían server en el ejército de
Israel. Después de casi 40 años en el desierto solo quedaban tres de esos
hombres: Moisés, Josué y Caleb. Ningún otro hombre que hubiera estado en Egipto
o en el Sinaí estaba allí.
Y de
ellos dos, solamente Josué y Caleb entrarían en la tierra prometida. Moisés
sería dejado fuera por su desobediencia a Dios (Números 20:10-11). Es muy
triste pensar que de tal cantidad de hombres, solamente dos entrarían en la
tierra prometida ¿Qué les hacía especial? ¿Por qué ellos sí y los demás no?
Después
de unos dos años de vagar por el desierto, el pueblo de Israel estaba en el
borde de Canaán, la tierra prometida por Dios, la razón por la que salieron de
Egipto. La promesa de Dios estaba a punto de cumplirse, tan solo tenían que
poseer la tierra, puesto que Dios ya se la había dado. Doce hombres fueron
enviados a reconocer la tierra, uno de cada tribu. Doce hombres que vieron la
misma tierra y la mis gente, pero que no contaron la misma historia (Números
13).
Josué
y Caleb recordaron
Los
doce hombres vieron hombres que parecían gigantes (Números 13:33), pero estos
dos hombres recordaron el Mar Rojo, recordaron el maná del cielo, recordaron
Elim, recordaron cada una de las cosas que Dios había hecho por ellos.
Recordaron la provision de Dios, Su fidelidad, Sus promesas.
Los
otros diez tan solo vieron el problema, olvidaron lo que Dios había hecho para
sacarlos de Egipto. Pero Caleb y Josué sabían lo que dios había hecho y creían
firmemente que Él les daría la tierra tal y como había prometido:
“Y Josué hijo
de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran
de los que habían reconocido la tierra,
rompieron sus vestidos, y hablaron a toda la congregación de los hijos
de Israel, diciendo: La tierra por donde
pasamos para reconocerla, es tierra en
gran manera buena. Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel. Por
tanto, no seáis rebeldes contra
Jehová, ni temáis al pueblo de esta
tierra; porque nosotros los comeremos
como pan; su amparo se ha apartado de
ellos, y con nosotros está Jehová; no los temáis.”
Números 14:6-9
En el
momento de la dificultad, ¿echas la vista atrás para recordar cada cosa que dios
ha hecho por ti? ¿Cada vez que te ha sacado de un problema? ¿Cada vez que ha contestado tu oración? ¿Cada vez
que te ha dado lo que necesitabas? ¿Estás viendo el problema o la fidelidad de
Dios?
Josué
y Caleb vieron uvas, no gigantes.
Números 13:23
“Y llegaron
hasta el arroyo de Escol, y de allí
cortaron un sarmiento con un racimo de uvas,
el cual trajeron dos en un palo,
y de las granadas y de los higos”
¿Te
imaginas el tamaño de ese racimo de uvas si tenían que llevarlo entre dos
hombres? ¡Desde luego no son de las que podríamos usar en Nochevieja! Esta era
una tierra fértil, próspera, era la tierra que destilaba leche y miel ¡era la
tierra prometida por Dios! ¡Por supuesto que era espectacular! Los gigantes son
únicamente una cuestión de perspectiva. El miedo nos muestra lo pequeñas que
somos en relación a estos gigantes. La fe nos muestra lo pequeños que son los
gigantes comparados con Dios.
¿Qué
estás viendo? ¿El tamaño de las uvas o el de los gigantes? ¿Estás viendo las
promesas de Dios, meditas en ellas, las reclamas como tuyas? ¿O estás viendo al
gigante y temblando ante él? ¿Estás manteniendo tus ojos en Jesús o en el
problema, el fallo, la prueba, el dolor que estás pasando?
Josué
y Caleb no temían estar en minoría
Sólo
Josué y Caleb estaban listos para confiar en Dios y entrar a conquistar la
tierra con el poder de Él. También estaban dispuestos a defender lo que creían,
aunque fueran 2 contra 10 y estuvieran en minoría. Si te das cuenta, en Números
14:10, la asamblea estaba hablando…¡de apedrearlos! Pero Dios los ayudó.
Siempre
hay personas a nuestro alrededor que nos desaniman y no ven las cosas de la
misma manera que nosotras. Cuando confiamos en Dios, vamos a vernos muchas
veces, en minoría. Va a haber personas que traten de convencernos de que no
podemos vivir una vida victoriosa para Cristo y que nuestro problema es
demasiado grande. Recuerda que Israel perdió su oportunidad de entrar en la
tierra prometida por miedo, duda y falta de fe. No dejes que nadie te saque de
lo que crees si eso está en sintonía con la Palabra de Dios.
Josué
y Caleb siguieron a Dios de todo corazón
Números 32:11-12
“No verán los
varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra que prometí con juramento a
Abraham, Isaac y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;
excepto Caleb hijo de Jefone cenezeo, y
Josué hijo de Nun, que fueron perfectos
en pos de Jehová.”
Dios respondió a la pregunta de por qué Josué y Caleb fueron los únicos que entraron en la tierra prometida: porque fueron “perfectos en pos de Jehová”, porque sirvieron a Dios de todo corazón. Caleb y Josué permanecieron junto a Dios, recordaron Su fidelidad, confiaron en Él para Su futuro, vieron las uvas, no los gigantes.
Las
personas victoriosas son aquellas que miran sus gigantes a través de los ojos
de la fe, no del miedo.
¿Qué estás viendo tú? ¿Estás viendo al gigante? ¿O a Dios? Toma el ejemplo
de estos dos hombres que se enfrentaron a todo y a todos porque permanecieron
junto a Dios en los momentos difíciles.
Contenta
en Su servicio,
Edurne
Estoy pasando por una situacion demasiado dificil, estoy enferma de los nervios que es una enfermedad genetica y hereditaria que le costo la vida a uno de mis hermanos, mi papa la tuvo una de sus hermanas la tuvo, mi hermano el mas joven la tiene, Cometi el gran error de casarme y venirme de mi pais. Le doy gracias a Dios por mis dos hijos en los que el Senor me dio un gran gozo y de mis tres nietos preciosos a quienbes tuve la dicha de cuidar por 4 anos, pero ya no lo pude hacer por mi enfermedad, estoy viviendo completmente sola veo a mis hijos y a mis nietos algunas veces, viven lejos de mi y mi marido esta en un "nursing home". La vida siempre ha sido muy dificil para mi en este pais. El Senor me dio una vida MUY Buena en mi Mexico pero no la supe valorar. Tristementeahora estoy viendo los gigantes. De todas maneras no desconozco las bendiciones del Senor en mis hijos y mis nietos. Estoy esperando que EL tenga misericordia de mi. No conozco este procesasor de palabras y no se como poner los acentos ni la tilde en la n. Que El Senor te bendiga y te guarde.
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