Dios no está muerto






¿Has visto esa película? Yo tuve la oportunidad de verla este fin de semana. Esta es la sinopsis de la trama:

“¿Hasta dónde llegarías para defender tu fe en Dios?

Josh Wheaton, (Shane Harper), estudiante de primer año de universidad y devoto cristiano, encuentra su fe desafiada en su primer día de clase de filosofía por el dogmático y argumentativo Profesor Radisson (Kevin Sorbo). Radisson comienza la clase informando a los estudiantes que deben negar por escrito la existencia de Dios en ese primer día, o se enfrentan a una calificación reprobatoria.

Mientras otros estudiantes en la clase comienzan a escribir las palabras "Dios está muerto" en la hoja de papel, como se les había indicado, Josh se encuentra en una encrucijada, al tener que elegir entre su fe y su futuro. Josh, nervioso, ofrece una negativa provocando una reacción airada de su profesor.

Radisson le asigna una tarea de enormes proporciones: si Josh no admite que "Dios está muerto", debe entonces probar la existencia de Dios, presentando argumentos intelectuales bien investigados y fundamentados a lo largo del semestre. Participando a su vez en un debate mano a mano contra el profesor Radisson frente a la clase. Si Josh no logra convencer a sus compañeros de clase de la existencia de Dios, fracasará el curso y obstaculizará sus metas académicas. Con casi nadie de su lado, Josh se pregunta si realmente se puede luchar por lo que cree.

¿Puede realmente probar la existencia de Dios? ¿No sería más fácil simplemente escribir "Dios está muerto" y dejar todo el incidente en el pasado?

DIOS NO ESTÁ MUERTO entrelaza varias historias de fe, de duda e incredulidad, que culminan en un dramático llamado a la acción. La película educa, entretiene e inspira a los espectadores a explorar lo que realmente creen de Dios, motivando a conversaciones importantes y llevando a tomar decisiones que cambian la vida.”


Puedes ver la película en Vimeo en este enlace - http://vimeo.com/105771596 Te la recomiendo, no sólo es entretenida, sino que te hace pensar. 


¿Hasta dónde llegarías por defender tu fe en Dios?

Cuando el profesor de filosofía les pide a sus alumnos que “se liberen de la mitología de sus ancestros” y firmen el manifiesto de que Dios está muerto, Josh, el protagonista, empieza a mirar a todos los lados como preguntándose “¿acaso soy el único que ve que esto está mal?”

Esta película y este personaje me hicieron pensar mucho en mis hijos. ¿Qué harían ellos si se vieran en una situación así? ¿Qué harían en un lugar como la universidad en el que hay tanta presión por parte de los compañeros y del entorno en general? ¿Se atreverían a defender a Dios? ¿O firmarían?

¿Qué harías tú? ¿Qué crees que harían tus hijos?

Otra pregunta más…

¿Qué estás haciendo para que tus hijos se paren firmes en sus creencias aunque eso les haga ser impopulares, aunque eso les haga ir contra la corriente, aunque eso suponga correr el riesgo de perder una materia en sus estudios?

¿Qué estoy haciendo yo?

Romanos 1:16

Porque no me avergüenzo del evangelio,  porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree;  al judío primeramente,  y también al griego.


No me avergüenzo del evangelio.

Al final, en condiciones normales (cuando estás en un país en el que ser cristiano se paga con la muerte no estamos en condiciones normales), cuando no nos plantamos firmes en contra de algo que sabemos que va en contra de Dios y de Su Palabra es porque nos avergonzamos del Evangelio y nos avergonzamos de ser identificadas como cristianas.

En una ciudad sofisticada y moderna para la época como era Roma, algunos podían avergonzarse de un evangelio cuyo punto central era un judío crucificado al que seguían las castas más bajas de la sociedad. Pero Pablo dice: “no me avergüenzo del evangelio”. No, no se avergonzaba del evangelio, no se avergonzaba de ser señalado como seguidor de Jesucristo, para nada. Al contrario, lo proclamaba a los cuatro vientos. Él no estaba en ningún lugar en el que no dejara saber que Jesucristo era el Hijo de Dios, que Jesucristo había muerto y resucitado, que Jesucristo era Su Salvador y el Camino al Padre.

Y Pablo no se avergonzaba porque sabía que ese evangelio tiene poder. Y no cualquier poder. Tiene poder de salvación. Cuando nosotras nos quedamos calladas, cuando nos dejamos llevar por la corriente y no compartimos nuestra fe en Cristo, no somos conscientes de que, lo que en realidad estamos haciendo, es condenar a la muerte eterna a las personas que tenemos a nuestro alrededor. Sí, lo digo en serio. Esas personas que están a tu alrededor quizás no tengan otra oportunidad de escuchar sobre Dios; tal vez tú seas lo más cerca que nunca estén de Cristo.

La sociedad romana estaba necesitaba de un Salvador.


“En la Roma de Pablo, los hombres buscaban salvación. Los filósofos sabían que el hombre estaba enfermo de muerte y que necesitaba ayuda. Epicteto llamaba a su salón de clase “un hospital para el alma enferma”. Epicuro llamaba a sus enseñanzas “la medicina de la salvación”. Séneca dijo que, como los hombres estaban muy conscientes de “su debilidad e ineficiencia en las cosas necesarias”, estaban constantemente “buscando salvación”. Sin saberlo, el mundo antiguo estaba buscando a Dios” – Barclay


Y nuestra sociedad actual lo está de la misma manera…y tampoco lo saben.


Mateo 10:32-33

A cualquiera,  pues,  que me confiese delante de los hombres,  yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres,  yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.


A todos a los que Jesús llamó, los llamó de manera pública. Si fueras puesta en un juicio por ser cristiana ¿habría suficiente evidencia a tu alrededor para condenarte? ¿O podrías camuflarte sin ningún problema?

Si quiero que mis hijos no se avergüencen del evangelio yo no puedo avergonzarme del evangelio; si quiero que mis hijos hablen de Cristo con denuedo, defiendan su fe y confiesen a Jesús delante de los hombres…yo lo debo hacer también. Proclamara a Cristo no es algo que se cuenta, es algo que se vive.

Seamos valientes para el Señor, no nos avergoncemos del evangelio, ¡hablemos! Criemos una generación de hombres y mujeres que sean capaces de decir “Dios dice que eso no es correcto”, “La Biblia dice que no puedo hacer eso”. Está en nuestras manos. Demos ejemplo. 


Dios no está muerto.


Contenta en Su servicio,

Edurne





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