Cosas que no puedo controlar
Pues sí, hay
cosas que no puedo controlar. Muchas. ¡Y cómo me frustra!
Cada mañana
sucede exactamente lo mismo: levanto a Yennixon para ir a la escuela, se viste,
se va con su papá. Levanto a Markel y a Nahiara, los visto, los llevo al
kínder... y en cuanto cruzamos por la puerta Markel comienza a llorar, a
patalear "no me quiero quedar, me quiero ir contigo!!!!"
Esto no me
había pasado con mis dos hijos mayores y, la verdad, me agarró totalmente
desprevenida. Los primeros dos o tres días de escuela allá por septiembre
fueron espectaculares. Pero después, creo que cuando empezó a ver que lo de ir
a clase era algo de todos los días, comenzó la lucha.
Una vez que
está allí, está contento, participa, juega, es obediente, aprende...pero la
llegada ¡ah es una lucha diaria!
Y todos los
días me siento frustrada y todos los días me siento avergonzada y todos los
días me siento fracasada.
Lo he
intentado todo: ser blanda, ser dura, suplicar, sobornar, amenazar, prometer,
recompensar, disciplinar...nada ha funcionado. Se suponía que una vez que se
acostumbrara a la escuela todo iba a ir mejor, pero no, ahora una vez que llega
al patio del kínder sale corriendo hacia el portón.
Y esta es una
de las tantas cosas que no puedo controlar. No puedo controlar que me quede una
sola bolsa de leche y no haya más en ninguna tienda (¡ah no dejes de orar por
la situación que estamos atravesando en Venezuela!); no puedo controlar que mi
familia no haya tomado decisión por Cristo; no puedo controlar que otras
personas hablen mal de mí; no puedo controlar que se vaya la luz casi todos los
días; no puedo controlar la enfermedad; no puedo controlar el tiempo... hay
cosas que, por mucho que me empeñe, no puedo controlar.
Pero, ante
todas estas cosas que no puedo controlar, tengo dos opciones: puedo seguir
frustrada, angustiada, preocupada y todos los demás "-adas"... o
puedo descansar en Aquél que sí puede controlarlo todo.
Así que,
llego de la escuela, agarro mi Biblia, me seco las lágrimas (sí, soy de esas
que lloran cuando están frustradas) y comienzo a orar por mi pequeño hijo que
aún no comprende que tiene que ir a la escuela todos los días.
¿Cómo lidiar
entonces con la frustración?
Ora. Habla con
Dios sobre eso que te preocupa, sobre esas cosas grandes o pequeñas que no
puedes controlar. Ora para que Él consuele tu corazón, para que te ayude a
lidiar con la situación que te frustra y te agobia.
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas
vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción
de gracias.
Descansa en
el Señor. Desansa en que Él sabe, en que Él tiene un propósito, en que Él
controla todo lo que se escapa de nuestras manos, en que Él puede llevar
nuestras cargas.
Mateo 11:28
Venid a mí todos los que estáis trabajados y
cargados, y yo os haré descansar.
Comparte tu
carga. A veces creemos que somos las únicas que tenemos problemas, las
únicas que pasamos por situaciones que no podemos controlar, que nadie más nos
comprende. No es cierto. No eres la única. Habla con alguien sobre tus
frustraciones. Incluso si no puede darte un consejo concreto, podrá ayudarte a
orar por la situación.
Gálatas 6:2
"Sobrellevad los unos las cargas de los otros,
y cumplid así la ley de Cristo."
¿Qué te
preocupa hoy que no puedes controlar? ¿Qué cosas te frustran? Deja un
comentario, habla, ¡no te quedes con ellas! Siempre hay alguien más que te va a
poder ayudar.
Contenta en Su servicio,
Muchas gracias por esta reflexión. La tenía en reserva para leer con tranquilidad, y justo hoy era cuando más necesitaba estas palabras. Dios te bendiga
ResponderEliminarAh Lidia qué bueno que te sirviera en el momento preciso :) Bendiciones!!!
EliminarGracias Edurne por compartir. Hay veces que sentimos que solo a mi me pasa. Tenemos que aprender a confiar en el Señor siempre!! :)
ResponderEliminarTotalmente Alicia! Gracias por compartir! :)
EliminarEstoy sumamente cargada con muchas cosas. Empezando por que hace menos de cuatro meses mi esposo me pidio la separación. Luego por cosas del destino nos volvimos a unir y en este momento se encuentra en otra ciudad Estoy lidiando solita con todos los quehaceres del hogar, sumado al trabajo y las cosas de los niños. Me frusta que mi esposo no me escriba todo el tiempo. Quisiera que me llamará a cada rato sin yo pedírselo. He tenido episodios muy graves, de despero y angustia. Mi hermana me dice que le preocupa mi actitud. Aqui estoy en otra ciudad. Sin familiares y muy pocas amistades. Por eso quise compartir mi situación. Porque siento que necesito ayuda. Y quiero salir adelante.
ResponderEliminarHola! Qué bueno que te animaste a compartir, hace bien hablar a veces :) Te entiendo perfectamente, mi esposo viaja mucho y me encuentro sola con...TODO!! muchas veces también. He pasado por momentos de angustia, de ira por dejarme sola, de frustración... sí, muchas veces. Pero al final solo me llega el aire de nuevo cuando dejo mis sentimientos en manos de Dios. Sé que no es fácil, pero es la única manera de avanzar. Si quieres que hablemos más en privado, me puedes escribir a edurnecia@hotmail.com
EliminarIn articulo Muy Hermoso y real! Gracias por tu transparencia y amor! Bendiciones princesa Xx
ResponderEliminarGracias Guiss por visitarme!! =D
ResponderEliminarHola Edurne, tienes un hermoso ministerio por medio de tu blog, te leo muchas veces, te cuento yo también tengo una niña pequeña que ya esta yendo al nido, ella va feliz y todo pero un tiempo también se puso que no quería ir e indagando un poco nos cuenta que un niño la estaba molestando, en realidad era un niño inquieto que molestaba a todos pero ella estaba mortificada, lo conversamos con la directora y nos dio la razón y ya estaban tratando el tema con el niño y su familia, bueno, luego de eso mi hija ya no volvió a decirnos que ya no quería ir, al parecer los maestros estaban mas al tanto de esas cositas, solo por si acaso te lo cuento pues a veces los niños dan señales de que algo les molesta aun sin decirlo, aunque claro cada caso es distinto y cada niño es un mundo, muchas bendiciones
ResponderEliminarHola Maricarmen! Lo primero que pensé fue eso, que pasaba algo con algún compañero o algo le daba miedo... hablé con todo el mundo, maestras, directora, bedeles, cocineras.... ¡con todos! TAmbién con mi hija que es dos años mayor y está en el mismo kínder. Pero en su caso no había nada así. Se pone mal cuando lo dejo pero al ratito se le pasa y cuando lo voy a buscar es el niño más feliz del mundo. Pasa la tarde cantando las canciones del kinder, hablando de sus maestras, de los niños... A mediados de esta semana me dijo "mami, ya no quiero llorar más en el kinder". Yo no lo tomé muy en serio la verdad, pero llegó tan feliz de la vida, contento, abrazando a las maestras, me fui y no hubo ni una lágrima. A ver el lunes si sigue así!! Gracias por compartirnos de tu hija!! Un abrazo enorme :)
EliminarEstoy empezando a leerte Edurne. Tus palabras son en este Post son como agua fresca. Muchas gracias, soy nueva y quisiera saber si tiene algo para jóvensitas, sobre el noviazgo, el compromiso etc. Muchas gracias, todo lo que acabo de leer hasta ahora ha sido de gran bendición para mi ser.
ResponderEliminar