Mis planes y la voluntad de Dios - Santiago (9)
Antes de comenzar…
- Puedes descargar estas hojas con los versículos de hoy,
las preguntas de reflexión y espacio para tus notas.
-
Ora para
que el Espíritu Santo hable verdad y sabiduría a tu corazón a través de los
versículos que vamos a estar estudiando
-
Lee
Santiago 4:13-17 varias veces. Anota aquellas palabras, ideas o versículos que
más llamen tu atención y escoge al menos un versículo para memorizar durante la
semana.
-
Repasa
los estudios anteriores y asegúrate de que has comprendido e interiorizado
todos los versículos antes de seguir adelante.
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¡Vamos
ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un
año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque
¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de
tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor
quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestras
soberbias. Toda jactancia semejante es mala; y al que sabe hacer lo bueno, y no
lo hace, le es pecado.
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Efesios 2:10
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras,
las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.”
Dios tiene un plan para la vida de cada una de
nosotras. El es el Dios de toda sabiduría y conoce lo que va a ocurrir y cuándo
va a suceder. Y es, además, un Dios de amor que desea lo mejor para Sus hijos.
En esta segunda parte del capítulo 4 de Santiago,
Santiago habla sobre tres actitudes que los creyentes tienen ante la voluntad
de Dios.
1. Ignorar la voluntad de Dios (4:13-14, 16)
Cuando los creyentes no buscan la voluntad de Dios
ni oran sobre las decisiones que toman, están ignorando Su voluntad. Estos
creyentes miden el éxito en la vida según las cosas van saliendo conforme a lo
que ellos mismos han planeado.
Proverbios 27:1
“No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará de sí el día.”
A
veces hacemos planes a la ligera, confiando en cosas que no podemos controlar:
no podemos controlar si nos despertaremos mañana, no podemos controlar si las
cosas saldrán como hemos planeado, no podemos controlar si se darán las
circunstancias adecuadas para que las cosas salgan tal y como hemos pensado.
Solo
cuando estamos en Su voluntad podemos confiar en el mañana porque podemos
confiar en que, aunque nosotras no sepamos qué va a suceder, Dios sí lo sabe.
2.
Desobedecer la voluntad de Dios (4:17)
Hay
creyentes que conocen la voluntad de Dios pero deciden desobedecerla. Esta
actitud muestra un terrible orgullo que le dice a Dios: “sé lo que quieres que
haga, pero yo sé mejor que Tú qué es lo que me conviene”.
2 Pedro 2:21
“Porque mejor les
hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo
conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.”
Además de por orgullo, los creyentes ignoran
la voluntad de Dios por ignorancia de la naturaleza de Dios. Piensan que la
voluntad de Dios es algo que pueden aceptar o rechazar cuando, en realidad,
obedecer a Dios no es una opción, sino una obligación.
3.
Obedecer la voluntad de Dios (4:15)
Ser
obedientes a la voluntad de Dios finalmente significa, para algunos creyentes,
una actitud constante de corazón.
Juan 4:34
“Jesús les dijo: Mi
comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.”
Dios
ha diseñado nuestras vidas de manera perfecta, tanto en lo común para todos los
creyentes como en lo específico de nuestra existencia particular.
Es
importante que tengamos la actitud correcta hacia la voluntad de Dios. Según
Warren Wiersbe,
La
voluntad de Dios es una relación viva entre Dios y el creyente.
La
relación del creyente con la voluntad de Dios es una experiencia creciente. En
primer lugar, deberíamos conocer Su voluntad (Hechos 22:14; Juan 7:17). Y no
solo eso, sino que Dios quiere que seamos llenas de Su conocimiento (Colosenses
1:9). Por último, debemos comprobar la voluntad de Dios (Romanos 12:2), es
decir, aprenderla por medio de la experiencia.
Cuanto
más obedecemos a Dios, más fácilmente descubrimos lo que Dios quiere que
hagamos. A medida que vas obedeciendo, Dios va mostrando más aspectos de Su
plan para tu vida.
El
secreto de una vida feliz es deleitarnos en nuestros deberes y obligaciones. De
esa manera, las cosas pesadas se convierten en bendiciones. Cuando amamos a Dios,
Sus estatutos se convierten en un gozo para nuestra vida, sin importar lo
difícil o lo dura que sea Su voluntad.
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Preguntas de Reflexión:
1. ¿Por qué crees que hay personas que temen
obedecer a Dios?
2. ¿Cuál crees que es la consecuencia de ignorar la
voluntad de Dios?
3. ¿Cuál es la diferencia entre gastar nuestras
vidas o invertir en ellas? ¿Qué tiene que ver la voluntad de Dios con estos dos
conceptos?
4. ¿Por qué piensas que alguien que sea conocedor
de la voluntad de Dios decide no obedecerla?
5. ¿En cuánto detalle conoces la voluntad de Dios
para tu vida? ¿Cómo puedes conocerla mejor?
6. ¿Qué significa comprobar la voluntad de Dios?
7. ¿Cuál es el secreto para una vida feliz?
8. ¿Cuáles son los beneficios de hacer la voluntad
de Dios?
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Al terminar el estudio:
-
Revisa tus notas sobre lo que has aprendido en el estudio de hoy. ¿De qué
manera puedes aplicarlas a tu vida?
- ¿Qué
piensas que estás haciendo tú con respecto a la voluntad de Dios para tu vida?
Si no la estás cumpliendo, ¿de qué manera puedes arreglarlo?
Contenta en Su servicio,
Edurne
Mañana
sábado - Lo material – Santiago 5:1-6
Anteriormente en la serie
-
De mucha y gran bendición. Muchas gracias! Siempre a la expectativa.
ResponderEliminarGracias Valeria!
Eliminarmuchas gracias estos estudios son de gran bendición a mi vida.pero en este de santiago no pude descargar el numero 9
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