Cómo ser una mujer conforme al corazón de Dios
En Ama a DiosGrandemente estamos estudiando la vida de David. Durante esta semana pasada
hemos estudiado a David en su condición, simple y llanamente, de hombre.
Un hombre común y
corriente. No el rey, no el guerrero, no una figura preponderante en la
historia, sino solamente un hombre.
Un hombre con sus
fallos y sus errores. Un hombre con sus batallas y sus luchas. Un hombre con
altibajos, con momentos tremendamente buenos y con momentos terriblemente
malos.
En esta semana hemos
visto a David fingiéndose loco en la cueva de Adulam cuando el miedo lo
paralizó al poner su mirada en Saúl y en lo que él podía hacer, perdiendo su
confianza en el poder Dios (1 Samuel 21:10-13). Lo hemos visto también siendo
interpelado por Samuel por el asesinato de Urías (2 Samuel 12:1-12).
Y, sin embargo, la
Escritura lo nombra como “un hombre conforme al corazón de Dios”.
¿En serio? ¿Un hombre
conforme al corazón de Dios?
Siempre me ha surgido
esa pregunta. ¿Cómo se puede ser un hombre conforme al corazón de Dios si dejas
que el miedo te venza hasta el punto de que la mejor que encuentras es salir
corriendo y fingirte loco para que te dejen tranquilo?
¿Cómo se puede ser un
hombre conforme al corazón de Dios si, deliberadamente, decides urdir un plan
para quitarle la vida a un hombre y quedarte con su mujer?
2 Corintios 12:9
Bástate mi gracia.
Mi poder se perfecciona
en la debilidad.
El poder de Dios se perfecciona en tu debilidad. En mi debilidad.
David, una vez más, era
un hombre común y corriente, una persona como tú y como yo, que había días en
los que hacía las cosas bien… y que había días en los que hacía las cosas mal.
Me encantaría decir que
todos mis días son maravillosos. Que no me enojo, que no siento envidia o
miedo, que no me quejo por las situaciones, que no siento el aguijón del
orgullo, que soy la mejor esposa y madre del mundo, que soy totalmente
obediente y que estudio mi Biblia con profundidad y oro todos los días dos
horas.
Pero no. No soy así.
Al igual que David, tan
solo soy una persona normal y corriente.
Una mujer imperfecta
amada por un Dios perfecto.
Una mujer con sus días
buenos y con los no tan buenos. Una mujer que mete la pata más de lo que
desearía.
Una mujer que anhela
ser “conforme al corazón de Dios”, al igual de David.
Si David, haciendo los
desastres que hizo lo pudo ser, todavía hay esperanza para mí.
Volviendo a las
preguntas anteriores, ¿Cómo es posible que David sea llamado un hombre conforme
al corazón de Dios a pesar de las atrocidades que vemos en su vida?
2
Samuel 12:13
“Entonces dijo David a Natán:
Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu
pecado; no morirás.”
David
quería, ante todo, tener un corazón alineado con Dios. En el mismo momento en
el que Natán expuso su pecado, David lo reconoció y se arrepintió.
Salmo
51:1-4; 9-10; 17
Ten
piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad,
Y límpiame de mi pecado.
Y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis
rebeliones,
Y mi pecado está siempre delante de mí.
Y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra
ti, contra ti solo he pecado,
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
Y he hecho lo malo delante de tus ojos;
Para que seas reconocido justo en tu palabra,
Y tenido por puro en tu juicio.
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Esconde
tu rostro de mis pecados,
Y borra todas mis maldades.
Y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
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Los
sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Arrepentimiento. Confesión
de pecado. Perdón.
David no buscó excusas,
no buscó culpables ajenos a él, no puso a las circunstancias como escudo ni
echó balones fuera para deshacerse de su culpa. Asumió su responsabilidad, se
arrepintió, confesó su pecado y rogó a Dios por un cambio en su corazón.
Eso es lo que lo convierte en
un hombre conforme al corazón de Dios.
La búsqueda continua de
tener un corazón perfecto para con Dios. El reconocimiento de que un hombre tan
solo es un hombre y se equivoca, pero que sabe que la gracia de Dios es
suficiente para ayudarlo a levantarse y cambiar su corazón.
¿Cómo podemos
convertirnos en mujeres conforme al corazón de Dios?
1.
Llamando al pecado como lo que es: pecado
No poniéndole otros
nombres, ni buscando responsables por lo que nos pasa, no mirando a otro lado,
sino enfrentando el pecado en nuestra vida con una mirada crítica y alineada a
lo que Dios piensa sobre el pecado: es muerte y separación de Dios. El pecado
nos lleva a la muerta eterna cuando no conocemos a Cristo y a la pérdida de
comunión cuando Cristo está en nuestro corazón.
2.
Confesando nuestro pecado y arrepintiéndonos
La confesión debería
ser una parte principal de nuestra oración. El decirle a Dios “me he equivocado
en esto”, “perdón por esto otro” o “muéstrame si estoy haciendo algo mal” debe
ser una constante en nuestra vida.
3.
Reconociendo que la gracia de Dios es suficiente
Mi debilidad me lleva a
dejarme arrastrar por la tentación y pecar. Mi debilidad me lleva a decir o a
hacer cosas que no convienen. Mi debilidad me hace reaccionar de mala manera.
Pero mi debilidad es también la puerta abierta a la gracia de Dios. En el
momento en el que estemos a punto de sucumbir a la tentación… reconozcamos Su
poder en nuestra vida y que en Él tenemos la fuerza para enfrentarlo todo.
4.
Alineando nuestro corazón con Dios cada día
Pasando tiempo en Su
Palabra y en oración, revisando nuestras prioridades, analizando qué cosas nos
separan de Dios en lugar de acercarnos a Él, buscando Su voluntad para nuestra vida
y anhelando vivir una vida que le agrade.
David, a pesar de todo,
fue un hombre conforme al corazón de Dios. También nosotras, a pesar de
nuestras vidas nada perfectas, podemos ser mujeres conforme al corazón de Dios.
¿Estás dispuesta?
Contenta
en Su servicio,
Edurne
Nada mejor como tomar el ejemplo de David para nuestras vidas. Que Dios pueda crear un corazón limpio para el y que renueve nuestro espíritu recto dentro de nosotros.
ResponderEliminarMuy edificante el articulo muchas bendiciones y que Dios las bendiga siempre
Muchas gracias por esta palabra tan llena del Espiritu Santo. Dios la bendiga. Saludos desde Puerto Rico.
ResponderEliminarMuchas gracias por hacer artículos de tanta bendición. Es una palabra tan reparadora y alentadora. Dios la bendiga y que el Espíritu Santo la siga inspirando. Saludos desde Bs. As. Argentina
ResponderEliminarAmén y amén. Bendita Palabra de Dios que transforma aquel que es humilde delante del Señor y ser transformado para su Gloria. A imagen de Cristo. Gracias por el mensajito que nos compartió. Y Dios les bendiga en gran manera en todo lo que hagan para el Reino de los Cielos.
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