Ester – capítulo 5
Y
si tengo que perecer que perezca.
Dejamos el capítulo 4
de Ester con la reina, su cortejo, Mardoqueo y los judíos de Susa orando y
ayunando por tres días ante la tarea difícil que tenía por delante de
presentarse al rey Asuero sin haber sido llamada.
Por fin había llegado
el día. Por fin había llegado la hora.
Ester
5:1-2
Aconteció que al tercer día se
vistió Ester su vestido real, y entró en el patio interior de la casa del rey,
enfrente del aposento del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el
aposento real, enfrente de la puerta del aposento. Y cuando vio a la reina
Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus ojos; y el rey
extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces vino Ester y tocó
la punta del cetro.
Antes de entrar en
detalle en los sucesos de este capítulo, echemos un vistazo al simbolismo de
los primeros versículos. Si bien el nombre de Dios no se menciona en el libro
de Ester, vemos de manera constante cómo la historia susurra Su nombre…
…Ester
se adorna con vestidos reales
Después de ayunar por
tres días, Ester se acercó al rey en su “vestido real”. Cuando los creyentes
nos acercamos al trono de Dios, no podemos acercarnos a Él vestidos con
nuestros propios méritos porque todos hemos pecado y estamos separados de la
gloria de Dios (Romanos 3:23). Debemos “vestirnos” de la justicia que tenemos
en Cristo.
Isaías 61:10
“En gran
manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió
con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como a novio me
atavió, y como a novia adornada con sus joyas.”
…Ester
entra al patio interior
El tabernáculo, tal y
como se describe en Éxodo, estaba dividido en tres partes: un patio exterior
rodeado por un muro, con una puerta. Dentro de esta área había una tienda
conocida como el tabernáculo. A tienda tenía dos zonas, el lugar santo y el
lugar santísimo, con un velo que separaba ambas.
Los
sacerdotes entraban al lugar santo para hacer sacrificios, pero solo el sumo
sacerdote entraba en el lugar santísimo una vez al año. Cualquier otro que
entrara en el lugar santísimo iba a morir.
El
patio interior del rey simboliza el lugar santísimo. Ester sabía que la entraba
al recinto estaba castigada con la muerte a no ser que fuera invitada por el
rey mismo.
Y no
podemos evitar al leer estos dos versículos iniciales hacer la analogía de
nuestra relación con Dios. Es solo por la sangre de Cristo que los creyentes
estamos unidos con Dios y que somos invitadas a Su trono.
Hebreos 4:16
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.”
Al
contrario que Ester con Asuero, nosotras no tenemos que ir a Dios esperando que
nos dé gracia y nos deje acercarnos. Ya lo ha hecho. Ya nos ha dado gracia y
misericordia a través de Jesucristo. Su sangre cubre nuestro pecado ¡no
necesitamos permiso para entrar!
Hebreos 10:19-22
“Así que,
hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de
Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto
es, de su carne, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos
con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de
mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.”
¿Estamos
usando este recurso increíble que tenemos de poder acercarnos al trono de la
gracia en oración?
…Ester recibió gracia
El
cetro de Asuero es un símbolo la gracia de Dios en aquellos que creen. Es a
través de la fe en Jesús que tenemos acceso al trono y paz con Dios.
Efesios 2:.8
“Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios”
Ester
recibió gracia por parte de rey porque así lo quiso en ese momento. Asuero
podía haber decidido lo contrario también. Era una persona volátil y ya sabemos
lo que había hecho con la reina Vasti (Ester 1), así que el riesgo era, sin
duda grande.
Nosotras,
por el contrario, tenemos esa gracia asegurada por medio de la sangre de
Cristo. Dios no nos va a dar lo que nos merecemos, sino que va a mostrar Su
misericordia y a ofrecer Su perdón cada vez que nos acercamos a Él.
Asuero
recibió, pues, a Ester y esta le invitó junto con Amán a un banquete (Ester
5:4). En ese banquete, el rey estaba dispuesto a darle todo lo que pidiera
(Ester 5:6).
Y,
en ese momento, en lugar de abrir su corazón al rey y decirle todo lo que
estaba pasando, Ester hizo algo que quizás no esperábamos que hiciera:
Ester 5:8
“Si he hallado
gracia ante los ojos del rey, y si place al rey otorgar mi petición y conceder
mi demanda, que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé; y
mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado.”
Ester
aplazó su petición un día más. ¿Sería
por miedo? Yo pienso que no. Creo que estaba siendo guiada por Dios. No era el
momento de hablar. Ester mostró su
prudencia al saber callar también.
“Muchos de nosotros somos indecisos, pero en la indecisión de esa mujer hay algo más. Sin duda ella quería dar a conocer su petición, pero las palabras no le salían. Dios estaba en esto; no era el momento para hablar, y fue guiada a aplazar su revelación. Me atrevo a decir que ella lo lamentaba, y se preguntaba cuándo podría por fin hablar del asunto, pero el Señor sabía el por qué.” -Spurgeon
¿Cuántas
veces hubiéramos debido callar en lugar de hablar? ¿Cuántas veces hemos sentido
que debíamos permanecer calladas o que no debíamos hablar y, sin embargo, lo
hemos hecho de todas formas? En estas ocasiones el resultado ha sido,
generalmente, nefasto.
Ester
prefirió callar y volver a emplazar al rey y a Amán a un nuevo banquete.
Amán
estaba que no cabía en sí mismo. Ya hemos visto que era un hombre orgulloso en
extremo y su ego estaba por las nubes… ¡había cenado a solas con el rey y la
reina y le habían invitado a otro banquete más!
Proverbios
16:18
“Antes del quebrantamiento es la soberbia,
Y antes de la caída la altivez
de espíritu.”
El refrán popular dice
que “cuanto más alto suben, más pesados caen”. Y Amán estaba subiendo y
subiendo sin tener ni la más remota idea de que iba a caer y que iba a caer muy
duro.
Amán estaba de más de
contento, “alegre de corazón”, pero
fue ver a Mardoqueo… y la rabia se apoderó de nuevo de él (Ester 5:9). Amán no
soportaba a Mardoqueo, no soportaba su presencia y no soportaba que fuera un
hombre de principios.
Ya en su casa, se
dedicó, ante su mujer y sus amigos, a referir sus logros. Imagino un largo
discurso plagado de “yo”, “me” y “a mí”. Habló de todo lo que tenía, de su
riqueza, de su favor ante el rey, de su honra, su excelencia… ¡cuánto orgullo! Amán
era un hombre encantado de conocerse.
¿Conoces el mito de
Narciso? De ahí viene nuestra palabra “narcisismo”, que significa “admiración
excesiva y exagerada que siente una persona por sí misma, por su aspecto físico
o por sus dotes o cualidades.”
En la mitología griega,
Narciso (Νάρκισσος) era un joven muy hermoso que rechazaba a todas las doncellas
que se enamoraban de él. Después de rechazar a la ninfa Eco, Némesis, la diosa
griega de la venganza, decidió castigarlo e hizo que se enamorara de su propia
imagen reflejada en una fuente. Narciso, incapaz de apartarse de su imagen,
acabó arrojándose a las aguas y murió.
Amán era un narcisista
extremo, pagado de sí mismo y absolutamente absorto con el reflejo de su propia
imagen. Lo único que ensombrecía la satisfacción que sentía consigo mismo era
Mardoqueo (Ester 5:13).
Así que Amán hizo caso
del consejo de su mujer y sus amigos y mandó hacer una horca en la que quería
colgar a Mardoqueo (Ester 5:14). Amán quería acabar con él, sin darse cuenta de
que la estaba preparando para sí mismo.
Números
32:23
“sabed que vuestro pecado os
alcanzará.”
Al final, de una manera
u otra, todo aquello que hacemos mal, nos alcanzará. Todo aquello que queremos
ocultar, saldrá a la luz. Se puede tener éxito durante un tiempo en encubrir
nuestra maldad y nuestro pecado, pero al final, este siempre nos alcanza. Y
debemos ser conscientes de que el mal que le hacemos a otros, nos lo hacemos a
nosotros mismos.
Salmo
7:14-16
“He aquí, el
impío concibió maldad,
Se preñó de
iniquidad,
Y dio a luz
engaño.
Pozo ha cavado,
y lo ha ahondado;
Y en el hoyo que
hizo caerá.
Su iniquidad
volverá sobre su cabeza,
Y su agravio
caerá sobre su propia coronilla.”
Aquel que busca con
malicia destruir a otros, termina destruyéndose a sí mismo.
Terminamos un capítulo
más de libro de Ester, ya estamos a punto de llegar al desenlace de esta
historia. ¿De qué manera te está hablando Dios a través del estudio?
Contenta
en Su servicio,
Edurne
buenos días me interesa el estudio de ster pero no encuentro el capitulo 1 done lo puedo ver el nombre de abajo ese el de mi esposo el mío es licet zabala gracias
ResponderEliminarYo tampoco lo encuentro¡¡ Del 1 al 4 no encuentro¡
Eliminarhttp://www.elviajedeunamujer.com/p/ester-serie.html#.WOPNJW_hDIV ya lo encontré
EliminarBuenas tardes Jonathan y Ricardo que Dios les bendiga, ustedes encontrarán los capítulos cuando van arriba y donde dice series especiales ahí le dan y aparecen todas las series ustedes luego eligen que serie quieren ver y le dan un clic luego aparecerán todos los capítulos y les pueden dar al capítulo que deseen, bendiciones.😁
ResponderEliminarDios te bendiga. Muy hermoso y profundo este estudio de Ester.
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