Tu versículo favorito - 2 Corintios 12:9
Hace poco compartí uno de mis versículos favoritos y les propuse que ustedes
compartieran los suyos también para escoger algunos de esos versículos al azar
y hacer algunos devocionales analizando esos versículos en profundidad. El
versículo de hoy es 2 Corintios 12:9, el favorito de Elizabeth J. Mejía.
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2
Corintios 12:9
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
El
versículo que tenemos para hoy es la respuesta que Dios le da a Pablo ante su
petición de que le quite el “aguijón” que le está afectando. Leamos unos
versículos antes del 9 para ponernos en el contexto del relato:
2 Corintios 12:7-8
“Y para que la grandeza de las
revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne,
un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto
a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.”
Pablo
no era inmune al pecado del orgullo. Nadie lo es. Él era un apóstol, un fundador
de iglesias, alguien que hablaba con denuedo y sin miedo tuviera a quien
tuviera delante, que era ciudadano romano y no tenía reclamar las injusticias,
que experimentaba el poder de Dios en su vida y lo manifestaba en toda ocasión.
A los ojos del mundo era alguien “importante”, era una persona conocida y
reconocida, odiada por los enemigos del evangelio y admirada por los creyentes
a partes iguales.
Para
prevenir que se exaltara desmedidamente a sí mismo, le fue dado un “aguijón en
la carne”. Este aguijón en la carne de Pablo es aceptado por él como un don, no
como una carga. Dice “me fue dada”, que significa “regalada”.
En la
antigua traducción Griega del Antiguo Testamento, conocida como la Septuaginta,
la palabra skolops (aguijón) muestra
“algo que frustra y causa problemas en la vida de aquellos que son afligidos.”
No
estamos seguros de qué era ese aguijón. Algunos dicen que era un problema en
los ojos, otros dicen que eran fuertes migrañas. Fuera lo que fuera era una
dolencia física fuerte que le afectaba y que era visible para los demás.
¿Qué
hacer cuando algo nos afecta de tal manera? Acercarnos al trono de la gracia en
oración. Pablo rogó a Dios “por tres veces” que se lo quitara. Él sabía que Dios
era poderoso para sanarlo si quería.
Y
Dios respondió que no.
Debemos
estar preparadas para estas respuestas también. Cuando oramos, esperamos de
corazón que Dios bendiga nuestros planes, que comparta nuestros deseos, pero
hay veces en que Su respuesta es negativa y nosotras debemos aprender a
aceptarlo.
La respuesta
a la petición de Pablo de que Dios le quitara aquello que le hacía sufrir fue:
2
Corintios 12:9
Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Bástate mi gracia.
Mi
gracia es suficiente. Esa fue la respuesta de Dios para Pablo. No era lo que él
esperaba inicialmente, pero no hubo otra. Dios dijo “no” a quitarle el aguijón.
En lugar de quitárselo, Dios le prometió que Su gracia sería suficiente para
sobrellevar su carga, que le daría fuerza para soportar.
Dios
tuvo que darle algo que él no podía sobrellevar solo para que Pablo tuviera
necesidad de Dios. Pero es cuando reconocemos nuestras debilidades que Su
fuerza entra en acción.
“Una gran tribulación saca la gran fortaleza
de Dios. Si nunca sientes conflictos internos y un alma que se ahoga, entonces
no tienes mucho del poder de Dios que te levanta; pero si te hundes, hacia lo
profundo de la angustia del alma, hasta que lo profundo amenaza el cerrar su
boca sobre ti, y luego el Señor monta un querubín y vuela, sí, monta sobre las
alas del viento y libra tu alma, y te lleva hasta el deleite del tercer cielo,
luego percibes la majestad de la divina gracia. Oh, debe de haber la debilidad
del hombre, y lamentarse sobre ella, sino, la fuerza del Hijo de Dios jamás
será perfeccionada en nosotros.” (Spurgeon)
Cuando
la respuesta a tu oración sea no, descansa en la gracia de Dios, en esa gracia
que es capaz de soportarte, de llevarte y de ayudarte a sobrellevar tu carga.
Por
medio de sus debilidades, Dios hizo que Pablo fuera completamente dependiente
de Su gracia y de Su poder, pero todo fue para bien. La continua – aun forzada
– dependencia de Pablo hacia Dios le hizo más fuerte de lo que cualquier otra
cosa podría haberle hecho.
Pablo
acepta la respuesta de Dios y le da la bienvenida, se goza de que el aguijón le
obligue a confiar en Dios y a sostenerse en Su gracia.
Que
podamos decir, igual que Pablo, “cuando soy débil, soy fuerte” porque
entendemos que el poder de Dios se perfecciona en nuestras debilidades.
Contenta en Su servicio,
Edurne
Amén. Dios te Bendiga Edurne. Asi es Bastate mi Gracia es una palabra que encierra la confianza por la cual debemos poner en Dios. Nuestro pronto auxilio. 🙌🏽
ResponderEliminarAmén, que grandiosa es su gracia.
ResponderEliminarhermoso
ResponderEliminarHola Dios le bendiga está aún que no logro entender bien le doy gracia a mi Padre celestial lo que me impulsa a tener más valentía aún cuando la situación que Estée pasando me anima a seguir en pies ,venga lo que venga no me apartarse de mi Dios Amén
ResponderEliminarHermosa palabra cuándo soy débil El es mi fuerza mi única esperanza
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