Regresemos a la esencia






Ya casi estamos en esas fechas en las que la locura se apodera de nosotras y comenzamos a correr de un lado a otro decorando, comprando, cocinando, preparando a los chicos para la función de Navidad, haciendo adornos para la iglesia… ¡Sí! Sé que sabes de lo que hablo. Es muy fácil perder el enfoque de lo que realmente celebramos en Navidad en medio de la actividad frenética. Por eso, con antelación, te traigo este libro devocional de mi amiga Wendy Bello que te ayudará a mantener tu corazón en su sitio en medio del caos.
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Imagina que vives en un gran palacio, eres la reina y gozas de todos los privilegios que tu título te concede. Te rodea una belleza sin igual, todo evoca un aire de perfección. El oro y la plata son tan normales para ti como el aire que respiramos. No necesitas preocuparte por nada porque todas tus necesidades están cubiertas y con solo abrir la boca, alguien está presto a hacer realidad tus deseos… ¡qué maravilla!

Sin embargo, de pronto un día las cosas cambian y tienes que dejar todo eso a un lado. Ahora te toca vivir con gente común y corriente. Tendrás que comer lo que esté disponible, no más cenas gourmet ni platos hechos a pedir de boca. Tu ropero consiste en un par de vestidos sin color alguno, gastados y fuera de moda. Y, sobre todas las cosas, tienes que trabajar hasta el agotamiento. A la hora de dormir, nada de colchones cómodos, ni almohadones ni edredones de plumas. Una cama dura, en una habitación compartida. Te tocó dejar tu trono.

Eso fue lo que le sucedió a Jesús, pero a una escala mucho mayor. No creo que nuestra mente finita lo pueda entender jamás. A un lado quedó su corona de oro, la próxima vez que llevara una corona sería de espinas, enterradas en su piel. No más vestiduras de lino fino, para nacer lo envolverían en pañales simples, nada de bordados en plata ni encajes preciosos.

Para su llegada ni siquiera hubo un cuarto pequeño disponible en algún mesón del pueblo. Su primera habitación sería un establo maloliente. Por séquito real tendría unos pastores asombrados y curiosos; ovejas, quizá burros, algunos caballos, ¡que ni siquiera le pertenecían! Él simplemente compartiría con estos animales el espacio.

Además, nació en el lugar menos relevante, un pueblito pequeño sin fanfarria ni atracciones turísticas ninguna. De esa manera se cumplió una profecía hecha siete siglos antes: Jesús nacería en Belén.

 “Pero tú, oh Belén Efrata, eres solo una pequeña aldea entre todo el pueblo de Judá. No obstante, en mi nombre, saldrá de ti un gobernante para Israel, cuyos orígenes vienen desde la eternidad.” (Miqueas 5:2).

Todo eso lo vivió Cristo para que hoy podamos celebrar el evento más grande de la historia, Dios hecho hombre. Él dejó su trono y su corona por ti y por mí. Por eso celebramos la Navidad. ¿Y sabes? La realidad es que no importa el día del año. Lo importante es que Cristo nació, ¡cómo no festejarlo!

Un antiguo himno, escrito por Emily Elliott dice:

“Tú dejaste tu trono y corona por mí
al venir a Belén a nacer.
Mas a ti no fue dado el entrar al mesón,
y en pesebre te hicieron nacer.
Ven a mi corazón, oh Cristo,
Pues en él hay lugar para ti…”


¿Es esa tu realidad? ¿Realmente estás dando lugar a Cristo en tu corazón o no lo has hecho todavía? ¿Será que como aquella noche en Belén estamos dando espacio a muchas otras cosas y no queda nada para Jesús? ¿Será que nuestras vidas están tan ocupadas que el Rey se nos pierde en el bullicio? ¡Te invito a reflexionar en esta pregunta! Necesitamos regresar a la esencia de esta fecha, a Jesús, él es el corazón de la Navidad



Wendy Bello

Puedes seguir a Wendy en su blog - www.wendybelloblog.com 


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Wendy ha escrito un libro devocional especial para la Navidad con devocionales preciosos que te ayudarán a centrarte en la verdadera celebración de estas fechas: Jesús. Puedes adquirirlo a través de Amazon en versión kindle y en papel a través de este enlace - El corazón de la Navidad










Comentarios

  1. Me gustó muchísimo este artículo, gracias y espero que mi comunidad sepa valorarlo. un abrazo de una hermana en Cristo. Aquí te dejo la dirección de mi web por si quieres darte una vueltecilla
    https://aburridayotururu.blogspot.com.es/

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